VISTO / OÍDO

El público

Llego a una ciudad, hablo, escucho, intervienen, me voy. "Partir es morir un poco", dicen los franceses. Y quedarse. En estos viajes instantáneos hay una sensación de ruptura brusca: unas palabras, unas conversaciones. Una mano. Todo, incompleto... No escribo aquí de esa agonía de viajero, sino de lo que veo, oigo, intuyo: de una igualdad de personas en todas las ciudades. Las autonomías se quedan en política, economía, partidos. Pregunto y hay personas nacidas en la ciudad. Pasan años, se van, vuelven: esos movimientos persiguiendo algo -un trabajo, un estudio, una pareja- o huyendo de algo -...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Llego a una ciudad, hablo, escucho, intervienen, me voy. "Partir es morir un poco", dicen los franceses. Y quedarse. En estos viajes instantáneos hay una sensación de ruptura brusca: unas palabras, unas conversaciones. Una mano. Todo, incompleto... No escribo aquí de esa agonía de viajero, sino de lo que veo, oigo, intuyo: de una igualdad de personas en todas las ciudades. Las autonomías se quedan en política, economía, partidos. Pregunto y hay personas nacidas en la ciudad. Pasan años, se van, vuelven: esos movimientos persiguiendo algo -un trabajo, un estudio, una pareja- o huyendo de algo -un trabajo, un estudio, una pareja- crean una identidad, que forma algo más homogéneo que la Constitución.

Me pregunta alguien que si ha cambiado el público -la palabra que usó Larra: "Cómo es el público y dónde se encuentra"-, y sí, ha cambiado en poco tiempo. El país era más inerte, y ahora busca un dinamismo propio. En lo que llamamos, torpemente, cultura, hay más jóvenes, y más mujeres. Algunos representan generaciones mayores. Quizá haya continuidad familiar de pensamiento; pero antes buscaban la ruptura con las generaciones anteriores de ideas permanentes. Más identificación entre las puntas del país, más entre las generaciones, más entre los sexos. Me ayudan a entender los "fracasos escolares" que se les imputan: no es por la vía del Ministerio, de las asignaturas oficiales por donde buscan su futuro. Lo pueden encontrar en muchos profesores; pero la corrección política va contra el pensamiento libre. Los jóvenes irrumpen en una vida cultural que habían desdeñado. Las mujeres son mayoría. Estaban más contenidas y la forma en que han ido recuperando sus derechos tiene mucho impulso. No me gusta ser optimista, pero encuentro una reacción: quizá una transición, por fin.

(Hablo de mi generalidad del 10%: la televisión tiene un 10% válido y hasta trascendental; como los libros de una biblioteca, las carteleras de los teatros y los cines, los hallazgos en Internet. Me gustaría decirles que los que buscan el conocimiento y una manera de ser como individuos, los que acuden, leen, escuchan, hablan, preguntan, se enfadan, replican, son un 10%. Se van a ampliar. Antes sólo había un 5% o un 4%. Mucho antes, sólo la clandestinidad).

Archivado En