Dos novillos de bandera

Hubo dos novillos de bandera: el lote de Iván García. Ese lote de García, dos lujosos novillos, fueron dos máquinas de embestir. El precioso burraco que hizo segundo tuvo calidad pastueña por los dos pitones y el que cerró plaza, pronto, temperamental y de viaje muy largo, fue premiado con la vuelta en el arrastre. García anduvo en los dos más populista que profundo, se centró en el último y logró sobre la mano izquierda sus mejores momentos. A Tejela le vino pequeño el soso que abrió plaza, con el que anduvo cómodo. No tuvo opción en su segundo. Cartagena, ante un novillo muy parado, lo tuvo ...

Hubo dos novillos de bandera: el lote de Iván García. Ese lote de García, dos lujosos novillos, fueron dos máquinas de embestir. El precioso burraco que hizo segundo tuvo calidad pastueña por los dos pitones y el que cerró plaza, pronto, temperamental y de viaje muy largo, fue premiado con la vuelta en el arrastre. García anduvo en los dos más populista que profundo, se centró en el último y logró sobre la mano izquierda sus mejores momentos. A Tejela le vino pequeño el soso que abrió plaza, con el que anduvo cómodo. No tuvo opción en su segundo. Cartagena, ante un novillo muy parado, lo tuvo que hacer todo de su parte y su labor acabó siendo más lucida que brillante.