VISTO / OÍDO

Qué raro

El PP deja para el año que viene la elección del candidato a la presidencia, una vez que Aznar vuelva al letargo según su estilo, tomado, quizá sólo en lo formal, del sistema de Franco, que es defendible dentro de una Constitución derivada: 'Todo el poder para el jefe', pedía la democracia cristiana de Gil Robles en su propaganda electoral de 1936 (perdió los votos, se quedó lejos de los 300 que necesitaba; vino Franco, echó al poder y se tuvo que ir al exilio, del que volvió mucho tiempo después; conspiró y perdió: en las primeras elecciones libres no colocó un solo diputado. Lo cuento porque...

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El PP deja para el año que viene la elección del candidato a la presidencia, una vez que Aznar vuelva al letargo según su estilo, tomado, quizá sólo en lo formal, del sistema de Franco, que es defendible dentro de una Constitución derivada: 'Todo el poder para el jefe', pedía la democracia cristiana de Gil Robles en su propaganda electoral de 1936 (perdió los votos, se quedó lejos de los 300 que necesitaba; vino Franco, echó al poder y se tuvo que ir al exilio, del que volvió mucho tiempo después; conspiró y perdió: en las primeras elecciones libres no colocó un solo diputado. Lo cuento porque los antecedentes siempre hacen historia del día. Moraleja: cuando se es de derechas, hay que serlo del todo). La Constitución de jefe único, de presidente absoluto con ministros como secretarios, está en vigor, y sospecho que Aznar sabe lo que hace. Si se me permite, tendiendo la aguja de mi brújula hacia el lejano Sur, lo del partido socialista me parece más raro. El mismo título de la primera de este periódico es en sí más extravagante porque es bueno: 'El PSOE abre el proceso para elegir a Zapatero candidato a presidente'. Si se abre un proceso será para elegir presidente a quien quiera el pueblo del partido y no tener ya uno designado. En general, hay un desprecio considerable de los políticos hacia las elecciones, quizá porque les producen pánico.

Cada partido acusa a otros de tomar decisiones 'por motivos electorales', como si eso no fuera el objeto de todo: ofrecer algo que pide la mayoría. Más raro, y pasa, es comprar los resortes para hacer que la mayoría desee lo que quiere el poder que desee. La mayoría quiere la deslegalización y el encarcelamiento si es posible de los batasunos; hay pocas personas que adviertan que el terrorismo es una cosa y Batasuna otra, y se exponen a todo. Si yo me temo que la prohibición de las manifestaciones pro Batasuna puede traer problemas muy graves, soy sospechoso. A mí me duele mi almita de 14 de abril de 1931 y de 16 de febrero de 1936, porque un solo juez pueda declarar ilegales unas manifestaciones, cuando una Constitución las declara libres ('siempre que...', claro; no hay texto sin contrarresto).

Bien, todo es raro. Ya se sabe que Gallardón va a ser alcalde de Madrid, que Zapatero es el candidato socialista y es muy posible que gane al 'tapado' de Aznar.

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