Crónica:Campeonato del Mundo | BALONCESTO

España se eleva al ritmo de Gasol

'No me conformo con nada', advierte el 'pívot' de un equipo que se ve ya semifinalista

Divac, el curtido pívot yugoslavo de los Kings de Sacramento, se permitía decir que España no iba a ganar a Yugoslavia ni con diez Gasoles; y Lutomba, base de Angola, que el equipo español era el más asequible para relegarle al último puesto del Grupo A y dejarle fuera de la segunda fase del Campeonato del Mundo. Claro, eso fue hasta el viernes. Desde entonces ya no quedan incautos que emitan juicios tan a la ligera sobre la selección de Gasol.

Podía darse la confusión la semana pasada, cuando todavía se creía del todo punto imposible que Gasol, después de cuatro meses...

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Divac, el curtido pívot yugoslavo de los Kings de Sacramento, se permitía decir que España no iba a ganar a Yugoslavia ni con diez Gasoles; y Lutomba, base de Angola, que el equipo español era el más asequible para relegarle al último puesto del Grupo A y dejarle fuera de la segunda fase del Campeonato del Mundo. Claro, eso fue hasta el viernes. Desde entonces ya no quedan incautos que emitan juicios tan a la ligera sobre la selección de Gasol.

Podía darse la confusión la semana pasada, cuando todavía se creía del todo punto imposible que Gasol, después de cuatro meses y medio sin jugar un partido oficial, fuera capaz de alcanzar el nivel que ha mostrado en los tres primeros encuentros. O cuando los análisis y algunas encuestas, como la del periódico de la sede, The Indianapolis Star, no situaban al conjunto de Javier Imbroda siquiera entre los siete mejores. O también cuando se pensaba que España, con las dudas sobre el rendimiento de Gasol y la baja por lesión de Raúl López, no iba a ser capaz de rendir al nivel que lo ha hecho. Pero, desde luego, ya nadie cree eso.

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La cotización de la selección ha ganado muchos enteros. Ahora es unánime el convencimiento de que puede estar entre los semifinalistas. Por el momento, afronta la segunda fase con esa ventaja ganada a pulso en la primera y que tratará de hacer valer durante los tres partidos que van a enfrentarle a partir de hoy a Turquía (20.30), en la madrugada del martes al miércoles a Puerto Rico (0.30) y en la noche del miércoles a Brasil (22.00).

Protegido por un chándal de la exagerada potencia del aire acondicionado en todos los recintos cerrados de Indianápolis y desmadejado sobre una silla a todas luces inadecuada para dar acomodo a sus 216 centímetros de estatura tras una dura sesión de entrenamiento, Gasol traza ahora los objetivos. 'No me conformo con nada', decía despacio, en un tono de rutina, pero convencido: 'Siempre aspiro a lo máximo. Con una medalla me daría por satisfecho'. Diecinueve puntos en 23 minutos ante Canadá; 25 y ocho rebotes contra Yugoslavia, y 16 en sólo 15 minutos frente a Angola es su balance tras su vuelta a la competición y recién recuperado de una lesión en su muslo izquierdo: 'No estoy al ciento por ciento, ni mucho menos. Voy cogiendo el ritmo poco a poco'.

El equipo se apiña en torno al liderazgo de su, por ahora, único jugador NBA. 'Se había pasado de unas expectativas máximas a una inquietud extrema por la lesión sufrida', cuenta Imbroda; 'yo esperaba al mejor Gasol, pero se ha superado. El valor se lo doy al conjunto, que es capaz de ceder la primera opción a un gran jugador como él y que le arropa'.

La progresión de varios jugadores está siendo el complemento ideal para Gasol. El rendimiento de Navarro es cada vez más fiable, Garbajosa ha adquirido mayor efectividad y madurez y se compenetra a la perfección con él. Felipe Reyes ha aprovechado los minutos de los que ha dispuesto. Y Marco ha disipado las dudas sobre su capacidad para alternarse con Rodríguez en la dirección a pesar de que, a sus casi 28 años, éste es su primer gran torneo.

Para Imbroda, la meta inmediata es concluir en la primera posición la liguilla de los octavos de final, en la que se arrastran los resultados de la primera fase. El triunfo sobre Yugoslavia, a la que España no ganaba desde 1984, ha constituido un espaldarazo. 'Al baloncesto español le faltaba una victoria como ésta', afirma Imbroda; 'nuestro baloncesto está cerca del yugoslavo. Tenemos calidad y talento, pero hemos necesitado añadir capacidad de esfuerzo, una calidad que antes se tenía de manera más intermitente'.

La espina turca

Turquía es el próximo rival de España, un cuadro con el que tiene una espina clavada desde la última vez que se enfrentó a él, en 2001, en el Campeonato de Europa. La derrota española, por 84-79, llegó después de un encuentro de lo más tenso -los turcos se jugaban continuar en la competición que organizaban- e Imbroda fue expulsado del banquillo nada más empezar. Turquía acabó ganando la medalla de plata y, al tiempo, clasificándose por primera vez en su historia para un Mundial. Su arranque en Indianápolis fue deficiente, con dos derrotas ante Puerto Rico y Brasil. Pero el sábado se anotó frente a Líbano el triunfo que le ha dado el pase a la segunda ronda.

Imbroda ha colocado a Turquía, junto a Rusia, en el saco de las 'decepciones' en lo que va de torneo. Posee grandes jugadores aunque actúa de manera diferente cuando está en su cancha y cuando no. Es uno de los equipos, no obstante, que cuenta con más seguidores en Indianápolis. Dispone de dos jugadores NBA: Turkoglu (Sacramento) y Okur (Detroit), además de Turckan, nominado el más valioso en la Euroliga, y de un buen tirador como Kutluay.

'Lo que más nos preocupa', dice Rodríguez, 'es que es un equipo muy agresivo, con jugadores muy motivados y con experiencia'. Aspectos, eso sí, que comparte en buena medida con el español.

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