Emoción y peligro en los encierros de Cuéllar, los más antiguos de España
Los toros de la ganadería de Viento Verde protagonizaron ayer un encierro peligroso, pero limpio, en Cuéllar (Segovia). Estos encierros tienen un componente de emoción e incertidumbre, al desarrollarse inicialmente por el campo, entre tierras de labor y pinares, donde los toros son acompañados por caballos unos cuatro kilómetros, y no es difícil que se escapen. En el inicio
del recorrido urbano, los mozos esperan a las reses, que tardan unos 90 minutos en llegar desde los corrales junto el río Cega, porque hay que darles tiempo a descansar antes de cubrir los últimos 1.500 metros ha...
Los toros de la ganadería de Viento Verde protagonizaron ayer un encierro peligroso, pero limpio, en Cuéllar (Segovia). Estos encierros tienen un componente de emoción e incertidumbre, al desarrollarse inicialmente por el campo, entre tierras de labor y pinares, donde los toros son acompañados por caballos unos cuatro kilómetros, y no es difícil que se escapen. En el inicio
del recorrido urbano, los mozos esperan a las reses, que tardan unos 90 minutos en llegar desde los corrales junto el río Cega, porque hay que darles tiempo a descansar antes de cubrir los últimos 1.500 metros hasta el coso. La primera ordenanza escrita que habla del encierro son unas normas del concejo de Cuéllar, en 1499, sancionadas en 1500 por Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque.