'Bodas de sangre', en versión japonesa
La coreógrafa Yoko Komatsubara presenta en La Unión un espectáculo sobrio y respetuoso con el espíritu lorquiano
La más importante compañía japonesa de baile español y flamenco ha traído al 52 Festival del Cante de las Minas una versión de Bodas de Sangre en que el espíritu y la intención de García Lorca mantienen su integridad incólume, aunque Yoko Komatsubara haya añadido aspectos de la estética oriental que se concretan en los personajes de La Luna y El Destino, éste interpretado por ella con serena sobriedad.
La adaptación de Komatsubara es lenta, reflexiva, pareciera interesarle más una reflexión sobre los hechos que los hechos en sí. La estética oriental tiene sus leyes y da carácter ...
La más importante compañía japonesa de baile español y flamenco ha traído al 52 Festival del Cante de las Minas una versión de Bodas de Sangre en que el espíritu y la intención de García Lorca mantienen su integridad incólume, aunque Yoko Komatsubara haya añadido aspectos de la estética oriental que se concretan en los personajes de La Luna y El Destino, éste interpretado por ella con serena sobriedad.
La adaptación de Komatsubara es lenta, reflexiva, pareciera interesarle más una reflexión sobre los hechos que los hechos en sí. La estética oriental tiene sus leyes y da carácter a un trabajo realmente notable si tenemos en cuenta la naturaleza tan ajena, geográfica y culturalmente, de la tragedia original.
La segunda parte del espectáculo fue más convencional desde una perspectiva flamenca. Komatsubara recurrió al esquema clásico del cuadro con músicos y cantaores sentados, ante los cuales bailaoras y bailaores hacen sucesivamente sus actuaciones. Destacaron los temas interpretados con gracia y dignidad por las bailaoras japonesas, así como los martinetes y siguiriyas que protagonizaron Juan Ogalla y tres bailaores. También hay que mencionar a la bailaora Maribel Gallardo, en la madre del novio de Bodas de Sangre.