CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Pianistas del tiempo nuevo

Esta noche, en la sala Argenta del Palacio de Festivales, se celebrará la 'finalísima' del XIV Concurso Internacional de Piano fundado en 1972 por Paloma O'Shea y más vivo hoy que ayer. Antes de que resuenen los nombres de los nuevos galardonados, merece la pena considerar la utilidad o la necesidad de un certamen de tan alto vuelo teniendo en cuenta las mutaciones sociales, artísticas y hasta financieras que caracterizan los 30 años transcurridos. Mi respuesta es enteramente afirmativa, pues, a pesar de lo que pueda opinarse, un concurso tan creativo y en permanente evolución como el de Santa...

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Esta noche, en la sala Argenta del Palacio de Festivales, se celebrará la 'finalísima' del XIV Concurso Internacional de Piano fundado en 1972 por Paloma O'Shea y más vivo hoy que ayer. Antes de que resuenen los nombres de los nuevos galardonados, merece la pena considerar la utilidad o la necesidad de un certamen de tan alto vuelo teniendo en cuenta las mutaciones sociales, artísticas y hasta financieras que caracterizan los 30 años transcurridos. Mi respuesta es enteramente afirmativa, pues, a pesar de lo que pueda opinarse, un concurso tan creativo y en permanente evolución como el de Santander supondrá siempre una vía abierta a los nuevos tiempos y a los nuevos intérpretes. Y esa utilidad o necesariedad se torna más evidente cuando el signo de la competición ha adquirido valor de encuentro y auténtica fiesta musical.

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Los participantes son concertistas jóvenes que piden vía franca hacia el futuro y son, igualmente, músicos avezados que empiezan a asumir la significación representativa del que será su siglo. La misión del concurso en el camino hacia un arte auténtico e iluminante confirma la utilidad y reclama la solidaridad con el mismo.

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