Crítica:B. B. KING | BLUES

Magia

Con el termómetro de la canícula elevándose por encima de los 30 grados, la presencia del legendario y septuagenario bluesman vino a poner un poco más de calor en un recinto absolutamente repleto de espectadores ansiosos por disfrutar de la magia del buen blues. Y lo hubo, pese a que los años del ídolo no invitaban a esperar mucho despliegue de energía. B. B. hizo su aparición sonriente y caminando con cierta dificultad hasta sentarse en una silla. Con el micrófono al lado, atacó los compases de Every day I have the blues y su voz comenzó a sonar, tampoco sin cierto esfuerzo.
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Con el termómetro de la canícula elevándose por encima de los 30 grados, la presencia del legendario y septuagenario bluesman vino a poner un poco más de calor en un recinto absolutamente repleto de espectadores ansiosos por disfrutar de la magia del buen blues. Y lo hubo, pese a que los años del ídolo no invitaban a esperar mucho despliegue de energía. B. B. hizo su aparición sonriente y caminando con cierta dificultad hasta sentarse en una silla. Con el micrófono al lado, atacó los compases de Every day I have the blues y su voz comenzó a sonar, tampoco sin cierto esfuerzo.

Ésta fue la tónica en el primer tramo del concierto, con el maestro dejando el mayor peso de los solos en el trompetista Bolden y, sobre todo, en la del guitarrista Dennis, que sacaba chispas de su instrumento cada vez que veía hueco. Poco a poco, eso sí, King se fue calentando y comenzó una exhibición al mejor nivel del repertorio: Caldonia, Thrill is gone o la espectacular Rock me Baby, con la que consiguió -¡milagro!- que una audiencia española cantase blues en unísono coro y la cosa sonase francamente bien. Para rematar, B. B. apeló a los argumentos de casa e invitó a su compadre gitano, Raimundo Amador, para que la fiesta de guitarras fuese completa. Tres temas tocaron juntos. Dijeron adiós con otro clásico, When the saints go marchin in, y se marcharon ante el encendido aplauso de unos espectadores que querían más pues habían pagado una respetable suma por la entrada de un concierto que sólo duró una hora y veinte minutos. No hubo. B. B. King no parece estar para muchos más trotes.

B. B. King (guitarra y voz)

James Bolden (trompeta y dirección musical), Calep Emphrey Jr. (batería), Michael Dossier (bajo), Walter King (saxo), Charles Dennis (guitarra), Melvin Jackson (saxo), James Toney (teclados) y Stanley Abernathy (trompeta). Cuartel del Conde Duque. 30 y 35 euros. Madrid, 18 de julio.

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