Fallece un niño de tres años y medio en un incendio en un asentamiento de chabolas en Valencia

Un niño de tres años y medio, Jordi, murió ayer pasadas las 11.30 en el incendio que arrasó la chabola en la que vivía en un asentamiento de la calle de Albalat dels Tarongers de Valencia. El fuego encontró en la montaña de maderas, trapos, cartones, plásticos y bombonas de camping-gas elementos para propagarse con gran voracidad y convertir en cenizas el refugio de una familia originaria de Galicia. Al declararse el incendio, unos operarios de la compañía Elecnor que trabajaban en una torreta eléctrica próxima acudieron alarmados por los gritos de una mujer, Concepción Vázquez, de 33 años. Ju...

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Un niño de tres años y medio, Jordi, murió ayer pasadas las 11.30 en el incendio que arrasó la chabola en la que vivía en un asentamiento de la calle de Albalat dels Tarongers de Valencia. El fuego encontró en la montaña de maderas, trapos, cartones, plásticos y bombonas de camping-gas elementos para propagarse con gran voracidad y convertir en cenizas el refugio de una familia originaria de Galicia. Al declararse el incendio, unos operarios de la compañía Elecnor que trabajaban en una torreta eléctrica próxima acudieron alarmados por los gritos de una mujer, Concepción Vázquez, de 33 años. Junto a ella se encontraba uno de sus hijos, pero señalaba que en el interior permanecían otros dos. Uno de los trabajadores se adentró entre el humo y rescató a una niña de cinco años, atrapada en la chabola.

Pocos minutos después se personó en el lugar una unidad del Samu. La enfermera del equipo, guiada por la pequeña recién liberada a la que sostenía en brazos, intentó junto al operario rescatar al menor que posteriormente los bomberos hallaron calcinado sobre un colchón, boca abajo, en posición fetal.

Las dos unidades de bomberos trabajaron durante más de una hora para sofocar el fuego y fue necesario abrir varios huecos para poder acceder a la parte del asentamiento que ocupaban, de unos 300 metros cuadrados, en cuyo espacio principal se encontraba la cama en la que fue hallado el pequeño Jordi.

La madre y los dos pequeños que sobrevivieron al incendio fueron trasladados al Hospital Clínico. Concepción ingresó con un cuadro nervioso de estado de shock. Los dos menores fueron atendidos por inhalación de humo.

El Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia, en funciones de guardia, se hizo cargo de la investigación sobre lo ocurrido. La titular de la oficina judicial acudió pasadas las 13.00 y procedió al levantamiento del cadáver. Agentes de la policía científica recogieron hasta pasadas las 14.00 pruebas para determinar el origen del siniestro, aunque la madre del pequeño fallecido apuntó que Jordi 'estaba jugando con un mechero'.

Concepción y su marido llegaron a Valencia desde Galicia con un expediente abierto por la Xunta de retirada de la guarda y custodia de tres de sus seis hijos. La Consejería de Bienestar Social valenciana terminó las diligencias. Otro de los hijos se encuentra en trámites para ser adoptado y, según fuentes de Bienestar Social, se les había concedido una vivienda social, que no quisieron ocupar. Las mismas fuentes describieron el cuadro familiar como 'complejo porque hay malos tratos, una discapacidad mental de la mujer y algún tipo de dependencia del marido'.

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Jordi, el pequeño que murió ayer calcinado en el incendio de la chabola en la que vivía con su familia, era el quinto hijo de Concepción. El niño, según fuentes del caso, pasó como el resto de sus hermanos por una cotidianeidad marcada por la marginalidad y la violencia doméstica. José G., el padre, cumplió condena en una cárcel gallega por intento de asesinato. En 1995, se trasladó a Valencia, al barrio de la Malvarrosa donde vive un hermano suyo, dejando atrás a tres de sus hijos: Rocío, Mari Cruz y Ángel. La Xunta de Galicia retiró a José y a Concepción la guarda y custodia de los pequeños. Esos trámites se iniciaban también en el momento de salir José de prisión y cambiar de residencia sobre otra de sus hijas, Maribel, que tenía entonces 5 años. Con ella llegó el matrimonio a Valencia y los servicios sociales tuvieron que recurrir a una orden judicial para que la pareja entregara a la menor.

La niña ingresó en la residencia Palmeres de la Consejería de Bienestar Social. Seis meses después pasó a una familia educadora y Concepción y José, según fuentes del caso, se desentendieron de la pequeña. En julio de 1996, la niña entró en el programa de preadopción con una pareja valenciana.

José cobraba una pensión de excarcelación que al acabarse fue sustituida por un subsidio del Ayuntamiento, paga mensual que le fue retirada al descubrirse que ingresaba salario por trabajos en la construcción. Los tres pequeños del matrimonio: Laura, de cinco años; Jordi, el que falleció ayer con tres años y medio; y Cristian, de nueve meses, estaban incluidos en programas de vacunación, de escolarización y de ayudas de comedor. A la familia, según las mismas fuentes, le caducó año tras año, la opción a una vivienda social que le ofrecía la Administración porque no cumplían con los preceptos exigidos. Fuentes de la Consejería dijeron ayer que José se negaba a la casa 'porque no quería estar localizado por miedo a que gente de Galicia supiera de él'. Las mismas fuentes afirmaron que Concepción, 'de voluntad muy débil', con un perfil psiquiátrico afectado, 'sufre malos tratos continuos que han afectado a los pequeños y ante los que ha sido muy difícil para los trabajadores sociales actuar porque José les amenazaba'. Ese escenario provocó la muerte ayer de Jordi. La consejería decidió ayer aplicar la retención hospitalaria para los dos hijos de la pareja y tramitará hoy la retirada de la guarda y custodia.

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