DEL CONVENTO AL ESCENARIO

Víctor Núñez Gómez, que recibió como regalo en su décimo cumpleaños una entrada para el concierto de Estopa en Segovia, el pasado fin de semana, no se podía imaginar que iba a hablar con David Muñoz, uno de sus ídolos musicales, al que manifestó que tenía todos los discos del grupo y que se sabía las letras. Con una asistencia de más de 8.000 personas, el chaval estuvo toda la noche empeñado en hacerse con un autógrafo de los hermanos David y José Muñoz, hasta que sus padres consiguieron que Malaquías del Pozo, director de comunicación de Caja Segovia, pasara a los ...

Víctor Núñez Gómez, que recibió como regalo en su décimo cumpleaños una entrada para el concierto de Estopa en Segovia, el pasado fin de semana, no se podía imaginar que iba a hablar con David Muñoz, uno de sus ídolos musicales, al que manifestó que tenía todos los discos del grupo y que se sabía las letras. Con una asistencia de más de 8.000 personas, el chaval estuvo toda la noche empeñado en hacerse con un autógrafo de los hermanos David y José Muñoz, hasta que sus padres consiguieron que Malaquías del Pozo, director de comunicación de Caja Segovia, pasara a los camerinos para conseguir las firmas. Como los músicos se olvidaron del nombre del chico, tuvieron que llamarlo por un móvil para preguntárselo directamente. No obstante, no fue lo más difícil de la noche para Malaquías del Pozo, quien tuvo que mantener una dura negociación con las monjas Teresa y Sara, de las madres Carboneras, para que los músicos pudieran entrar al escenario a través de su convento, para no quedar rodeados por los fans como sucedió en el concierto de Café Quijano a los hermanos Manuel, Óscar y Raúl. La solución fue colocar una pasarela, con escaleras de caracol incluidas, para que los músicos entraran a escena desde el edificio de las monjas. Así, la producción del concierto costó 48.000 euros, aparte de los 90.l51,82 del caché, cifra que será doblada en el caso de Julio Iglesias, que actúa el próximo viernes bajo el acueducto.