Grises, fuertes y tenaces

Alemania es fiel a la depresión de su fútbol en los últimos años, que le ha obligado a sublimar la fortaleza física por la escasez de talento

Alemania es la antítesis de Brasil: nace atrás y va difuminándose a medida que avanza hacia el otro campo. Es el concepto de grupo, a sabiendas de que la individualidad está por debajo de lo exigible, sobre todo con la ausencia de Ballack. El centrocampista, sancionado, es el único futbolista que emparenta con la Alemania de los grandes centrocampistas: Overath, Netzer, Schuster... Por eso mira hacia atrás: hacia su portero, Kahn, la gran figura de un fútbol minimalista.

Kahn (portero). Todos los jugadores alemanes le señalan como el jugador crucial del equipo en este Mundial. Ru...

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Alemania es la antítesis de Brasil: nace atrás y va difuminándose a medida que avanza hacia el otro campo. Es el concepto de grupo, a sabiendas de que la individualidad está por debajo de lo exigible, sobre todo con la ausencia de Ballack. El centrocampista, sancionado, es el único futbolista que emparenta con la Alemania de los grandes centrocampistas: Overath, Netzer, Schuster... Por eso mira hacia atrás: hacia su portero, Kahn, la gran figura de un fútbol minimalista.

Kahn (portero). Todos los jugadores alemanes le señalan como el jugador crucial del equipo en este Mundial. Rudi Voeller, el seleccionador, también lo asegura. Más contenido y, por tanto, mejor de lo habitual. Decisivo frente a Estados Unidos y Paraguay. Guardameta de carácter, con tendencia a la demagogia. Casi siempre juega muy cerca de la raya de gol. No es de los cancerberos que arregla las cosas adelantándose a las jugadas. Las resuelve con mucho dramatismo.

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Frings (lateral derecho). Compacto y rocoso defensa que ha disputado todos los encuentros y todos los minutos. Siempre está para ayudar: a los centrales y a Schneider. Es posible que juegue más adelantado, frente a Roberto Carlos. Con el balón es discreto, pero se equivoca poco.

Linke (central). Si Kahn merece un monumento, también Linke. Veterano central que nunca ha tenido la fama que merece. Muy listo para leer las jugadas de ataque de los rivales. Espléndido en los cruces. Buen cabeceador. Poco ruidoso. Basta recordar su exhibición frente al Madrid en el estadio Bernabéu para valorarle como un gran defensa. En el campeonato lo ha demostrado nuevamente.

Ramelow (libre). Con la lesión de Nowotny, Ramelow ha cambiado de posición: de medio tapón ha pasado a libre o marcador, según Alemania haya jugado con dos centrales o con tres. En algunos momentos ha notado su falta de experiencia en las nuevas posiciones. Entre los defensas, es el encargado de mover la pelota. Lo hace con corrección, pero sin vuelo.

Metzelder (central). Con su aparatoso físico -mide 1,93 metros-, el joven central del Borussia de Dortmund cumple con los requisitos tradicionales de los defensas alemanes. Un poco rígido, pero bastante fiable. Ha jugado algunos partidos como lateral izquierdo, pero sin progresar demasiado por la banda. Excelente en el juego aéreo, firme en todos los balones divididos, siempre atento. Acude a rematar todas las faltas y todos los saques de esquina.

Ziege (lateral izquierdo). Desapareció de la alineación frente a Corea del Sur. Es posible que regrese para jugarse la vida frente a Cafú. Nunca ha llegado a las cotas a las que se pensaba que llegaría cuando comenzó en el Bayern de Múnich. Alto, poderoso, bastante envarado. Discreto defensivamente. Zurdo total. Es el primer lanzador de las faltas cuando se sacan desde la derecha.

Schneider (centrocampista). Jugador básico. Alemania no puede permitirse el lujo de perderlo en la persecución de Roberto Carlos. Por eso es probable que Voeller saque a tres centrales y adelante a Frings con la intención de liberarle en el medio campo. Infatigable, siempre aporta buenas soluciones a las jugadas. Sirve para apagar los fuegos y para crearlos en el área rival. Buen rematador desde media distancia. Un estupendo futbolista que no tiene el reconocimiento que se merece.

Hamann (medio centro). Sirve como primera referencia en el medio campo. En Alemania lo celebran mucho, pero no es un gran jugador. Más valioso por su abnegación defensiva que como creador. Extremadamente previsible en la distribución del juego. No tiene ninguna fantasía. De vez en cuando saca algún buen remate. Todo un síntoma del declive de los centrocampistas alemanes. De Beckenbauer se ha desembocado en Hamann.

Jeremies (medio centro). Sustituirá a Ballack, lo que significará un cambio radical. Uno puede jugar y el otro no. No se le discute su capacidad de sacrificio, su fuerza de voluntad para no decaer en los partidos, pero... nada más. Con Hamann hará de muro en el medio campo. Un resistente. En realidad, parece la imagen de la selección alemana.

Neuville (delantero). Que Neuville tenga un puesto de titular en la selección alemana dice mucho del estado del equipo. No es mal jugador. Ni bueno. Uno de los mil mejores delanteros del mundo. Cierta habilidad, cierta capacidad para hacer goles. Ratonero en el área.

Klose (delantero). Nadie sabe cómo juega con los pies, pero con la cabeza es un fenómeno. Probablemente juegue mal con los pies. Es fuerte, pero no es un tanque. Espectacular capacidad de elevación. Elegante en los cabezazos, busca el segundo palo sin descanso. Cinco goles durante el torneo. Ninguno de ellos, conste, en la segunda fase.

Klose se anticipa al surcoreano Kim en un remate de cabeza.REUTERS

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