Suráfrica echa cuentas

España se convirtió en la primera selección clasificada para los octavos de final y si Eslovenia y Suráfrica empatasen hoy sería también la primera en saberse campeona de su grupo, con lo que ello significaría con vistas al último partido, el miércoles, ante los africanos, que podría ser intranscendente para ella.

El plan, en teoría, no debería desagradar a los surafricanos, pero no es así: tan débiles han visto a los eslovenos, tan pobre su prestación ante España, tan perturbadores los conflictos internos en el equipo alpino -pelea entre Zahovic, la estrella, y Katanec, el malhumorado ...

España se convirtió en la primera selección clasificada para los octavos de final y si Eslovenia y Suráfrica empatasen hoy sería también la primera en saberse campeona de su grupo, con lo que ello significaría con vistas al último partido, el miércoles, ante los africanos, que podría ser intranscendente para ella.

El plan, en teoría, no debería desagradar a los surafricanos, pero no es así: tan débiles han visto a los eslovenos, tan pobre su prestación ante España, tan perturbadores los conflictos internos en el equipo alpino -pelea entre Zahovic, la estrella, y Katanec, el malhumorado técnico; posterior expulsión de Zahovic y anuncio de dimisión de Katanec- que no piensan más que en la victoria, que sería la primera en la fase final de un Mundial y les pondría en el camino de su pase a la siguiente ronda -pura utopía antes de comenzar el torneo, pero que empezó a hacerse una realidad con su remontada (2-2) ante la timorata Paraguay-. En efecto, un empate el último día ante España, un resultado que no les iría mal a ninguno de los dos equipos, haría inútil entonces cualquier esfuerzo de los paraguayos ante los eslovenos.

Para ganar a una Eslovenia en la que Acimovic sustituirá a Zahovic, los surafricanos ya saben el camino. 'Si hacemos lo que hizo España, también les derrotamos', dicen. Otra cosa es que puedan hacerlo.