Mundial 2002 | Grupo F

Presión frente a contragolpe

Argentina llega al encuentro más esperado de la primera fase más fuerte que Inglaterra en todos los aspectos que se pueden medir. Pero en los clásicos, sean de club o de selección, siempre entra en juego un factor emocional capaz de desbaratar los planes de un entrenador tan meticuloso como el argentino Marcelo Bielsa.

De lo que no existe ninguna duda es de que Argentina cuenta con un equipo más organizado; con jugadores no sólo técnicamente superiores, sino más maduros, más experimentados y más acostumbrados a jugar juntos; y con menos lesiones.

Ayala, el capitán, sigue lesionad...

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Argentina llega al encuentro más esperado de la primera fase más fuerte que Inglaterra en todos los aspectos que se pueden medir. Pero en los clásicos, sean de club o de selección, siempre entra en juego un factor emocional capaz de desbaratar los planes de un entrenador tan meticuloso como el argentino Marcelo Bielsa.

De lo que no existe ninguna duda es de que Argentina cuenta con un equipo más organizado; con jugadores no sólo técnicamente superiores, sino más maduros, más experimentados y más acostumbrados a jugar juntos; y con menos lesiones.

Ayala, el capitán, sigue lesionado, y, según dijo Bielsa, no se sabe si se recuperará a tiempo para el próximo partido ante Suecia. Pero en un equipo tan compensado como el argentino, la ausencia de Ayala no se va a notar tanto como la de Gerrard, el centrocampista del Liverpool, un jugador vital para la selección inglesa que ni siquiera pudo viajar a Japón. El que le reemplazará hoy, Butt, del Manchester United, se acaba de recuperar de una lesión. Lo cual es menos grave que el hecho de que Beckham, que se rompió un hueso del pie contra Deportivo, haya jugado sólo 60 minutos en ocho semanas. Sven Goran Eriksson, seleccionador de Inglaterra, reconoció ayer que Beckham no está en perfectas condiciones. 'No sabemos cómo reaccionará en un partido de tanta intensidad'.

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Bielsa pretende arrollar a los ingleses en el centro del campo: presionar y presionar hasta que caiga una defensa inglesa con poca experiencia de jugar junta, cuyos centrales (Campbell y Ferdinand) tienden a confundirse, y cuyo lateral derecho, Danny Mills, se postula como un plato muy apetecible para el voraz Kily González.

La táctica básica inglesa será la siguiente. Beckham enviará un pase largo para arriba y una de dos: o Owen intentará ganar a la defensa argentina por velocidad; o Heskey, que tiene más pinta de boxeador que de futbolista, intentará causar el suficiente caos en la defensa argentina como para que Owen se aproveche de un rebote y marque. La otra alternativa inglesa de gol sería, mientras Beckham permanezca en el campo, a balón parado. Lo que le complica aún más la vida a Inglaterra es que, si no logra por lo menos un empate, se queda fuera del Mundial.

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