Crítica:ROCK | SÔBER

Sombríos y compactos

Con nueve años de vida y el desarrollo de una carrera paso a paso por la senda de un rock metálico de ultimísima generación, la banda de los Escobedo ve ahora cristalizar tanto esfuerzo en el impulso dado a su cuarto larga duración, Paradÿsso, que promete situarles a un nivel de ventas alrededor de los 100.000 ejemplares. Sôber agradeció a su fiel parroquia madrileña la fidelidad a lo largo de esta década con un excelente concierto, que revela gran experiencia y un sentido del rock compacto y sin fisuras, en el que se dieron cita temas antiguos -Versus o si me marcho- junt...

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Con nueve años de vida y el desarrollo de una carrera paso a paso por la senda de un rock metálico de ultimísima generación, la banda de los Escobedo ve ahora cristalizar tanto esfuerzo en el impulso dado a su cuarto larga duración, Paradÿsso, que promete situarles a un nivel de ventas alrededor de los 100.000 ejemplares. Sôber agradeció a su fiel parroquia madrileña la fidelidad a lo largo de esta década con un excelente concierto, que revela gran experiencia y un sentido del rock compacto y sin fisuras, en el que se dieron cita temas antiguos -Versus o si me marcho- junto a las canciones de su nuevo disco, que circulaban ya de boca en boca entre los enfervorecidos espectadores, todos ellos muy jóvenes.

Sôber

Carlos Escobedo (bajo y voz), Antonio Bernardini y Jorge Escobedo (guitarras) y Alberto Madrid (batería). Sala Aqualung. Madrid, 14 de mayo.

Sôber significa sombrío y, la verdad, no existe palabra mejor para definir una concepción del rock que orilla por su lado blando con el lado duro de unos Héroes del Silencio. Hecha esta última comparación sólo por poner una referencia fuera de estilo, porque este cuarteto madrileño sigue más la pista de bandas como Tool, últimos gurús de un género que tiende a lo solemne, al rito oscuro con guitarras crudas.

Como es de esperar, la temática de sus canciones participa de ese tono oscuro, enraizado con el romanticismo desasosegante de los jóvenes de principios de siglo, a los que les queda poco espacio para el humor. De este modo, muy tremendas son canciones como Lejos, que habla de soledad; Arrepentido, que versa sobre la angustia, o Hemoglobina, una canción especialmente emocionante. A pesar de que el recorrido estético que realiza el grupo es francamente corto, y a alguien no tan versado en sonidos metálicos determinadas soluciones musicales le pueden parecer repeticiones, no cabe duda de que Sôber ejecuta un rock potente y con convicción que puede hacerles muy grandes en el rock juvenil español.

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