Puskas, el héroe de 1960, llega a Glasgow, pese a su delicada salud

Disparo extraordinario



En aquél Madrid que jugaba sin delantero centro, Puskas oficiaba de estilete más o menos fijo. Di Stéfano subía y bajaba por el medio (o por todas partes) y Gento era el extremo zurdo. Puskas vestía la camiseta número 10 y su pierna izquierda era infalible. Un cañón que apenas necesitaba cargar antes de cada disparo. En aquella final contra el Eintracht metió cuatro goles y Di Stéfano tres. Fueron los goleadores. Ayer, Puskas apareció en Glasgow sin apenas poder caminar, acompañado por dos húngaros que no le perdían de vista y sin dar signos de reco...

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Disparo extraordinario

En aquél Madrid que jugaba sin delantero centro, Puskas oficiaba de estilete más o menos fijo. Di Stéfano subía y bajaba por el medio (o por todas partes) y Gento era el extremo zurdo. Puskas vestía la camiseta número 10 y su pierna izquierda era infalible. Un cañón que apenas necesitaba cargar antes de cada disparo. En aquella final contra el Eintracht metió cuatro goles y Di Stéfano tres. Fueron los goleadores. Ayer, Puskas apareció en Glasgow sin apenas poder caminar, acompañado por dos húngaros que no le perdían de vista y sin dar signos de recordar ni una palabra de español, que hablaba con un acento particular, pero perfectamente entendible. Hoy bajo el techo de Hampden Park volverá a reunirse con sus viejos amigos.

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