Reportaje:

Un título europeo por teléfono

Sancionado, Vujovic no pudo ver al Ciudad Real ante el Flensburg ni desde la grada ni por televisión y lo dirigió llamando a su esposa y su sustituto

'Sí, ahora me río', asegura el yugoslavo Veselin Vujovic, entrenador del Ciudad Real, 'pero esas dos horas fueron las peores y las más largas de mi vida. Pasé muchos nervios'. La historia concluyó bien. El Ciudad Real se proclamó campeón de la Recopa de balonmano tras una dura batalla en el pabellón del Flensburg, alemán. Pero antes de llegar a una derrota por sólo cinco goles (32-27), insuficiente contra su ventaja de nueve en la ida y que la daba al club manchego su primera corona europea, Vujovic, sancionado por los incidentes del primer turno -saltó al campo para defender a uno de sus juga...

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'Sí, ahora me río', asegura el yugoslavo Veselin Vujovic, entrenador del Ciudad Real, 'pero esas dos horas fueron las peores y las más largas de mi vida. Pasé muchos nervios'. La historia concluyó bien. El Ciudad Real se proclamó campeón de la Recopa de balonmano tras una dura batalla en el pabellón del Flensburg, alemán. Pero antes de llegar a una derrota por sólo cinco goles (32-27), insuficiente contra su ventaja de nueve en la ida y que la daba al club manchego su primera corona europea, Vujovic, sancionado por los incidentes del primer turno -saltó al campo para defender a uno de sus jugadores-, vivió una odisea.

'Sabía que no podía estar con el equipo en el partido', explicó ayer el que fuera mejor jugador mundial; 'pero, cuando les planteé que quería estar en la grada, los directivos del Flensburg respondieron que no garantizaban mi seguridad. Una clara amenaza y una revancha por desestimar una oferta que me hicieron meses atrás'.Junto con Julio Lozano, el delegado, que se sentó en el banquillo, Vujovic decidió ver el encuentro por televisión en el hotel para evitar incidentes. Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula cuando a la hora del inicio las imágenes que se ofrecían eran las del Gran Premio de España de fórmula 1. 'Me quedé helado', confiesa Vujovic, de 41 años; 'no pude verlo hasta que acabó la carrera. Y entonces sólo quedaban siete minutos'.

Así que la única solución fue llamar cada dos minutos a su esposa, que estaba en Ciudad Real, ante el televisor, para que le explicara lo que ocurría. 'Me dijo que perdíamos por 5-0 y llamé al banquillo para que pidieran tiempo muerto. Me contó que fallaban los lanzadores y le dije a Revilla que diera entrada a jugadores más pasadores. Cuando has vivido el balonmano como yo, puedes intuir lo que ocurre y tomar medidas'.

Los últimos siete minutos pudo verlos, al fin, por televisión: 'Fueron de infarto. Se colocaron con siete goles de ventaja. Y entonces llamé para ordenar una defensa mixta a Wenta. Pero marcar el gol número 23 fue un momento mágico porque ellos debían ganarnos por diez. Y se hundieron'.

Vujovic y el Ciudad Real ganaron su primer título europeo con un equipo dirigido a través del teléfono por un técnico que no vio el partido. Una hazaña inédita y un hito histórico para la ciudad manchega, que ayer se movilizó para recibir al equipo y rendirle homenaje. 'Ganar con el Barça', recordó Vujovic, 'era lógico. Aquí, en cambio, este título es como un primer hijo, es el que más se quiere. Pero se ha ganado bajo mucha presión porque formar un equipo y que te exijan títulos el primer año es muy duro para un entrenador'.

A pesar del éxito, Vujovic podría ser sustituido el próximo curso por Juan de Dios Román: 'Es posible porque tengo ofertas para ser seleccionador yugoslavo y representar en mi país a una empresa española. Pero aquí tengo un contrato abierto'.

Romero, Duishebaiev y Fog se abrazan, sonrientes, tras el triunfo del Ciudad Real en la Recopa.ASSOCIATED PRESS

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