Segunda

El resucitado Extremadura acaba con la racha casera del Racing

El Extremadura, que está de moda, volvió a estropear la fiesta de un aspirante al ascenso en el último suspiro. Más que el efecto Kiko, que jugó el segundo tiempo en El Sardinero, habría que hablar de la tremenda fe del equipo de Iosu Ortuondo. Hace una semana, en Jerez, ganó con un gol en el descuento. Ayer empató en el minuto 89. Un lanzamiento de falta de Juan Carlos Moreno cortó la brillante racha del Racing, que estaba a punto de celebrar su novena victoria consecutiva en casa.

El tropezón del Racing confirmó al Recreativo -otro que lleva unas cuantas semanas inspirado- en l...

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El Extremadura, que está de moda, volvió a estropear la fiesta de un aspirante al ascenso en el último suspiro. Más que el efecto Kiko, que jugó el segundo tiempo en El Sardinero, habría que hablar de la tremenda fe del equipo de Iosu Ortuondo. Hace una semana, en Jerez, ganó con un gol en el descuento. Ayer empató en el minuto 89. Un lanzamiento de falta de Juan Carlos Moreno cortó la brillante racha del Racing, que estaba a punto de celebrar su novena victoria consecutiva en casa.

El tropezón del Racing confirmó al Recreativo -otro que lleva unas cuantas semanas inspirado- en la tercera plaza, que se había ganado por la mañana frente a un hueso como el Albacete. Un año después, el conjunto entrenado por Lucas Alcaraz vuelve a amenazar a rivales con mucho mayor presupuesto y ambiciones. La historia repetida. El 3-1 tiene doble premio para el Recre, ya que descuelga de momento a un Albacete que ha perdido el paso con dos derrotas consecutivas ante enemigos directos.

El bajón que todo el mundo había pronosticado para el Xerez parece empezar a confirmarse. Ha sido despedirse del campo de El Palmar, en Sanlúcar de Barrameda, y caer en picado. Schuster y los suyos se han quedado sin el colchón de puntos con que acabaron la primera vuelta. La derrota de ayer frente al Nástic, un equipo que sólo había ganado un partido fuera de casa y en cuyo banquillo debutó ayer el Lobo Diarte, anuncia tiempos difíciles para el conjunto revelación.

El consuelo para el Xerez es el parón de los perseguidores, que con la excepción del Recreativo coleccionaron empates. Les vale de muy poco al Burgos y el Oviedo, que ofrecieron un partido vibrante en El Plantío, plagado de tarjetas y con la expulsión del portero local, Tito, a falta de un cuarto de hora. Jaime había adelantado muy pronto al equipo asturiano, pero el argentino Dani Pendín, que hizo escala precisamente en Oviedo antes de llegar al Burgos, restableció la igualdad.

Detrás de ese grupo que, en principio, va a luchar por las dos plazas que deja libres el Atlético, aparece el Éibar, el clásico de la categoría, un club y un equipo con unos méritos enormes. Además, los armeros están desterrando esta temporada la imagen de bloque de hormigón armado que siempre le ha caracterizado. El Éibar es uno de los máximos goleadores de la categoría, en parte por la irrupción de Jorge Sánchez, que con los dos tantos de ayer al Poli Ejido ya está entre los elegidos, con siete.

Por abajo sólo el Nástic da señales de vida. Los dirigentes del club catalán no se han resignado al descenso y han ido apuntalando con refuerzos un equipo que demostró en la eliminatoria de Copa frente al Real Madrid que sabe jugar al fútbol. Quizá le falte un goleador, pero ayer rentabilizó muy bien el tanto logrado por Castillejo. Claro que esa es la carencia de sus compañeros de penurias, como el Leganés y el Murcia, que firmaron un empate en Butarque que no les sirve para nada.

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