Reportaje:Liga ACB | BALONCESTO

Adiós al agente federal Mike Smith

El ex del Joventut y el Madrid, dueño de cinco hamburgueserías, deja el baloncesto a los 38 años

Michael Smith Gibbs (Nueva York, 10 de septiembre de 1963) podía haber sido simplemente el agente Smith, alguien ajeno al mundo de la canasta, si hubiera seguido la tradición familiar. Su padre fue sargento de la policía de Nueva York y él obtuvo el título de agente federal en la Universidad de Carolina del Sur. Sin embargo, se convirtió en Mike Smith en la pista de baloncesto de esa facultad, a los 17 años. Entonces practicaba el baloncesto, el béisbol y el fútbol americano, pero se decidió por el primero de ellos porque era un juego 'de interior'. 'No me gusta el frío y en invierno no podía ...

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Michael Smith Gibbs (Nueva York, 10 de septiembre de 1963) podía haber sido simplemente el agente Smith, alguien ajeno al mundo de la canasta, si hubiera seguido la tradición familiar. Su padre fue sargento de la policía de Nueva York y él obtuvo el título de agente federal en la Universidad de Carolina del Sur. Sin embargo, se convirtió en Mike Smith en la pista de baloncesto de esa facultad, a los 17 años. Entonces practicaba el baloncesto, el béisbol y el fútbol americano, pero se decidió por el primero de ellos porque era un juego 'de interior'. 'No me gusta el frío y en invierno no podía aguantar jugar fuera', recuerda Smith, quien a los 38 años abandona las canchas después de jugar 15 temporadas en España (405 encuentros en la ACB entre Mayoral Maristas de Málaga, Caja Ronda, Joventut, Real Madrid, Caja San Fernando y Lucentum) y disputar 30 encuentros con la selección española. Se nacionalizó en abril de 1991, pero la FIBA le impidió jugar competiciones internacionales hasta tres años y medio después.

'Nunca pensé que pasaría esto. Vine para jugar, cumplir y volver luego a mi país. Y resulta que tengo mujer española y dos hijos españoles . Mi vida, mi futuro, está aquí', dice el alero, integrado por completo en España. Contesta todavía su teléfono móvil con un hello, pero se le escapa algún que otro taco en español y, según comentan, 'es el rey de la siesta'.

Admirador durante su infanciade de Julius Erwin, histórico jugador de los Sixers de Filadelfia, Smith está en cualquier historia del baloncesto español. Ha ganado una Liga (1992) y una Copa de Europa (1994) con el Joventut -'mi mejor recuerdo'-, y una Copa Saporta con el Madrid (1997), aunque no conoce muy bien su palmarés. 'Míralo por Internet', dice.

Después de cuatro meses sin jugar en el Caja San Fernando por una lesión en los tobillos, este verano llegó al Lucentum de Alicante. Es decir, toda una estrella en un club modesto. 'Cuando viajábamos, al único que conocían era a Mike Smith, e incluso en el McDonald's nos regalaban los postres', cuenta Gaspar, jefe de prensa del equipo alicantino. Durante los entrenamientos, paraba las jugadas para dar consejos a sus compañeros, 'como un segundo técnico'. Y eso sí, conservaba su manía de siempre: no hacer el primer entrenamiento antes de los partidos. Mientras sus compañeros están en la pista, él se queda a solas en el gimnasio, haciendo pesas. 'Me quedo solo para no distraerme'.

Pese a la concentración, los balones no entraban, no quería perder su reputación y rescindió su contrato con el Lucéntum. 'No quiero que digan que he jugado para cumplir, y he de mirar por mis negocios', dice Smith, que aprovechaba cualquier día libre para coger un avión y atender sus empresas. El ex jugador ha invertido bien el dinero ganado con el balón. Posee la franquicia de cinco Burger King en Cataluña y Galicia, y es presidente en España de la Asociación Internacional de Jugadores Americanos (AIPA), una sociedad dedicada a mejorar la adaptación de los baloncestistas americanos que llegan a la ACB. 'Queremos estar por toda Europa', concluye.

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