Dueñas tapona la racha de Estudiantes

El Estudiantes defendió mal y poco hasta casi el final del partido, cuando ya no había posibilidad de remontar. Su base titular, el veterano Nacho Azofra, tuvo dificultades para mover el equipo además de dejarse el balón por el camino en demasiadas ocasiones, de lanzarlo en dirección a una sombra para encontrarlo más allá de la línea lateral y de resbalarse rodando por el parqué de Vistalegre...hasta que fue sustituido por Gonzalo Martínez cuando el Barça ya tenía un buen colchón de puntos. Los hermanos Reyes, Patterson y Germán Gabriel, sus pívots, quedaron huérfanos en la pintura y se debier...

El Estudiantes defendió mal y poco hasta casi el final del partido, cuando ya no había posibilidad de remontar. Su base titular, el veterano Nacho Azofra, tuvo dificultades para mover el equipo además de dejarse el balón por el camino en demasiadas ocasiones, de lanzarlo en dirección a una sombra para encontrarlo más allá de la línea lateral y de resbalarse rodando por el parqué de Vistalegre...hasta que fue sustituido por Gonzalo Martínez cuando el Barça ya tenía un buen colchón de puntos. Los hermanos Reyes, Patterson y Germán Gabriel, sus pívots, quedaron huérfanos en la pintura y se debieron sentir como niños pegando saltitos alrededor del gigante Roberto Dueñas, que los mantuvo a raya sin siquiera tener que tomar un leve impulso. Eso, hasta que García Reneses sentó a Dueñas unos minutos en el banquillo, cuando ya la desesperación y el miedo de los pívots de Estudiantes era insuperable.

Estudiantes perdió, claro. Perdió y cortó una racha de tres victorias consecutivas, desde que se hiciera cargo del equipo Pepu Hernández.

El Barcelona cerró la zona colocando cerca del aro a Dueñas. Una figura estática que no necesita más que levantar los brazos para tapiar la canasta; colocó, primero, a De la Fuente y, después, a Navarro flotando por la línea de tres, incordiando al único tirador decente de Estudiantes, Garnett; y se repartió el acierto en el tiro entre Karnisovas, impecable, Okulaja, magnífico desde más allá de la línea de 6,25, y Navarro, combinando velocidad y precisión.

Gonzalo Martínez salió mediado el segundo periodo y amagó, con un triple y con una animosa dirección que permitió a Garnett seguir sumando puntos, con acercar al equipo madrileño a la barrera de los diez puntos de desventaja. El Barcelona llegó a disponer de hasta 17 puntos más que su rival. Martínez consiguió frenar la sangría de balones perdidos y su entrada también coincidió con un ligero aumento en la presión defensiva. Pero ni el reactivo del base, ni las rotaciones entre Felipe Reyes, flojo, y Patterson, flojísimo, consiguieron nada más que un leve maquillaje del marcador.

Tan leve, que desde el comienzo del tercer cuarto, de nuevo con Azofra en la cancha, el Barcelona estabilizó una ventaja que rondaba los veinte puntos de diferencia. El partido entró en una fase inercial en la que sin grandes esfuerzos el Barcelona mantenía bajo control al equipo estudiantil. Sólo los hermanos Reyes, impotentes ante la envergadura de Dueñas, intentaron rebelarse contra una derrota anunciada. Los hermanos Reyes, Carlos Jiménez y Gonzalo Martínez. El pequeño base aportó algo de orgullo y mucho de rabia para intentar meter a Estudiantes en un partido en el que realmente nunca había estado dentro. Muy lejos de esa actitud fue la mostrada por Garnett, displicente y con la pose de quien tiene la cabeza en cualquier cosa menos en el parqué.

El resultado no podía sorprender. El mejor de Estudiantes, Gonzalo Martínez, un pequeño base de menos de 1,80 que lideró los intentos de remontada estudiantiles, no pudo hacer nada frente a Dueñas, un enorme pívot, que cimentó con hormigón armado la victoria del Barcelona. Era demasiado desequilibrio y Dueñas taponó sin piedad la racha de Estudiantes para que el Barcelona siga siendo líder.