Crónica:CIENCIA FICCIÓN

¿Un rico sueño o un sueño de rico?

Año 1939... Daniel McCormick (Mel Gibson), un joven piloto de pruebas, vive una existencia apacible hasta que su novia se queda en coma. Desquiciado, Daniel decidirá someterse al primer experimento de crionización con seres humanos. Su cuerpo, inerte, permanecerá un año en una cápsula criogénica, a la espera de la lenta recuperación de su amada. Pero el destino le reservará un desenlace inesperado: tras ser devuelto a la vida, comprueba que ha viajado en el tiempo hasta 1992. Es el argumento de Eternamente joven (1992).

La suspensión o ralentización de las funciones vitales const...

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Año 1939... Daniel McCormick (Mel Gibson), un joven piloto de pruebas, vive una existencia apacible hasta que su novia se queda en coma. Desquiciado, Daniel decidirá someterse al primer experimento de crionización con seres humanos. Su cuerpo, inerte, permanecerá un año en una cápsula criogénica, a la espera de la lenta recuperación de su amada. Pero el destino le reservará un desenlace inesperado: tras ser devuelto a la vida, comprueba que ha viajado en el tiempo hasta 1992. Es el argumento de Eternamente joven (1992).

La suspensión o ralentización de las funciones vitales constituye un tema espinoso, de interés para el diseño de estrategias en misiones espaciales tripuladas de larga duración. Su tecnología se encuentra prácticamente en su infancia, por mucho que algunas iniciativas privadas sugieran lo contrario. ¿Desea usted conservar en nitrógeno líquido un bonito cadáver, a la espera de que la ciencia de siglos venideros pueda encontrar solución a dolencias hoy en día irreversibles? Existen mejores formas de dilapidar su fortuna...

Es cierto que la naturaleza, de la mano de la hibernación, brinda ejemplos excepcionales de alteración metabólica, en los que determinados animales ralentizan sus ritmos cardiaco y respiratorio. En dicho estado, su sustento depende exclusivamente de sus reservas alimenticias. Dado la relación empírica entre tamaño de un ser vivo y longevidad, se ha comprobado que, para animales de tamaño similar, los que hibernan suelen ser más longevos (aunque el tiempo total que permanecen en estado consciente sea similar).

Un caso extremo de hibernación es la llamada criogenia, en la que un organismo vivo se congela a temperaturas extremas. Dicha tecnología debe hacer frente a innumerables problemas de tipo médico: por un lado, cabe recordar que el agua da cuenta de unas tres cuartas partes de nuestro organismo. Al congelarse, el agua tiende a ocupar un mayor volumen que en estado líquido, hecho que plantea problemas insalvables en nuestro organismo: la formación de cristales de hielo en el interior de las células a medida que el cuerpo se congela producen notables desgarres celulares. En definitiva, daños irreparables en los órganos vitales de la mayoría de las especies. Con excepción de las células sanguíneas y del esperma, la mayor parte del cuerpo no sobrevive a un proceso de congelación de cierta duración.

Algunos especialistas han aportado alternativas. En particular, la congelación muy rápida (vitrificación), aunque inhibe la formación de cristales en las células, no queda exenta de otros problemas, entre otros, la transformación de los líquidos de la membrana celular en geles. Como resultado, la membrana se torna porosa, permitiendo el intercambio químico entre la célula y su entorno, lo que comporta la propia muerte celular por desequilibrio químico.

También aquí la naturaleza da muestras del grado de adaptabilidad de ciertas especies a entornos extraordinariamente hostiles. Así, por ejemplo, algunas variedades de rana pueden sobrevivir a procesos de congelación, sin experimentar apenas secuelas. Su organismo es capaz de desarrollar sustancias, como la glucosa, que actúan como anticongelantes, y de mantener concentraciones muy elevadas de glucosa a nivel celular, que previene su congelación y formación de cristales. El futuro de la colonización galáctica quizá pase por los batracios.

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