Crónica:FÚTBOL | 13ª jornada de Primera División

El Athletic, sólo Javi González

El reconvertido lateral rojiblanco hace el partido de su vida ante un Villarreal muy conservador

Hay partidos que se definen por la historia de un jugador. Si éste no marca, el empate está casi asegurado. El Athletic, ayer, era Javi González, un futbolista al que se le desconocían virtudes defensivas y se le criticaba su actitud y su confusión táctica tanto como se alababan sus cualidades técnicas. Pues bien, Jupp Heynckes le recondujo al puesto de lateral derecho y ayer lo envió al otro costado para frenar a Jorge López, probablemente el jugador técnicamente más dotado del Villarreal. Hábil contra hábil, técnico contra técnico, y que gane el mejor. Y ganó Javi González, que hizo el parti...

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Hay partidos que se definen por la historia de un jugador. Si éste no marca, el empate está casi asegurado. El Athletic, ayer, era Javi González, un futbolista al que se le desconocían virtudes defensivas y se le criticaba su actitud y su confusión táctica tanto como se alababan sus cualidades técnicas. Pues bien, Jupp Heynckes le recondujo al puesto de lateral derecho y ayer lo envió al otro costado para frenar a Jorge López, probablemente el jugador técnicamente más dotado del Villarreal. Hábil contra hábil, técnico contra técnico, y que gane el mejor. Y ganó Javi González, que hizo el partido de su vida -sin un error, sin un fallo- y acabó enviando a Jorge López a la ducha antes de tiempo, tan aburrido como circunspecto.

ATHLETIC 0| VILLARREAL 0

Athletic de Bilbao: Lafuente; Óscar Vales, Lacruz, Larrainzar (Carlos García, m. 63), Javi González; Tiko, Orbaiz, Alkiza, Yeste (Ezquerro, m. 74); Joseba Etxeberria (David Karanka, m. 85) y Urzaiz. Villarreal: López Vallejo; Galván, Quique Álvarez, Unai, Arruabarrena; Jorge López (Guayre, m. 70), Cagna, Galca, Calleja (Gracia, m. 63); Víctor (Berruet, m. 89) y Martín Palermo. Árbitro: Ramírez Dominguez. Amonestó a Lacruz, Palermo y Unai. Unos 35.000 espectadores en San Mamés.

Enfrente, Martín Palermo se convirtió de principio a fin en la única referencia del equipo castellonense. Todo se hace para el cabeceador argentino. Y como ayer el Athletic le hizo un defensa mixta, a sabiendas de que le faltaba altura, Palermo se diluyó como un azucarillo envuelto en una sucesión de taconazos y saltos insulsos. Algo, sin embargo, igualó a ambos equipos. El Athletic tenía su mejor futbolista demasiado atrás para hacer gol. Y el Villarreal tenía un sólo jugador adelantado para la misma misión, demasiado iconoclasta, estático, desafortunado.

Así se fraguó un empate sin goles que mereció, por juego e intención, desnivelar el Athletic. Pero le faltaron Etxeberria, lento; Tiko, ausente; Yeste, sin toque, y Urzaiz, sin suerte. El Villarreal leyó el mensaje y se confió a Unai, su central. El Athletic, a David Karanka, que falló en el último suspiró la mejor ocasión.

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