Crónica:4ª jornada de la Liga ACB | BALONCESTO

El Tau le borra la sonrisa al Madrid

El cuadro vitoriano, con Foirest en figura, consigue frenar la triunfal racha blanca

En pleno jolgorio madridista, el Tau se hizo presente en el Saporta para desalojar del paraíso a un rival que hasta ayer sólo sabía conjugar el verbo ganar. Al poderoso Madrid, que ha comenzado la tempoarada a todo tren, se le borró la sonrisa por culpa de un Tau que hizo bien pronto los deberes y que supo y pudo vivir de las rentas.

Scariolo llenó el parqué de centímetros, con Tarlac y Tabak en escena, y al minuto de juego cada uno había perpetrado un mate a cual más salvaje. Parecía que aquélla sería la tónica del partido, convertido el Madrid en un conjunto demoledor bajo los tablero...

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En pleno jolgorio madridista, el Tau se hizo presente en el Saporta para desalojar del paraíso a un rival que hasta ayer sólo sabía conjugar el verbo ganar. Al poderoso Madrid, que ha comenzado la tempoarada a todo tren, se le borró la sonrisa por culpa de un Tau que hizo bien pronto los deberes y que supo y pudo vivir de las rentas.

REAL MADRID 63| TAU VITORIA 71

Real Madrid: Raúl López (8), Herreros (13), Vukcevic (4), Tabak (12) y Tarlac (8) -cinco inicial-; Djordjevic (9), Alberto Angulo (2), Lucio Angulo (5), Struelens (2) e Iker Iturbe. Tau: Bennett (9), Nocioni (9), Foirest (23), Tomasevic (10) y Oberto (4) -cinco inicial-; Corchiani (3), Vidal (7), Scola (6). Árbitros: Amorós, Fernández y Perea. Excluyeron a Tabak, Tarlac, Scola y Nocioni. Unos 5.000 espectadores en el Pabellón Raimundo Saporta.

Scariolo llenó el parqué de centímetros, con Tarlac y Tabak en escena, y al minuto de juego cada uno había perpetrado un mate a cual más salvaje. Parecía que aquélla sería la tónica del partido, convertido el Madrid en un conjunto demoledor bajo los tableros, como lo ha sido hasta ahora. Pero no. El Tau no se asustó por aquella presentación un tanto desmesurada. Contra el músculo, imaginación, debió ordenar Ivanisevic. Y ese fue el antídoto ganador de un equipo, el suyo, que no rehuyó el choque, que movió la pelota con un criterio excepcional y que dejó que Foirest se divirtiera. Es curioso el caso del francés, que ha convertido al Madrid en su enemigo favorito. Cierto es que su equipo no acostumbra a ganar a los blancos, al menos hasta ayer, pero él se lo pasa pipa.

Agarrado a la muñeca de Foirest, el Tau fue aumentando las distancias sin hacer ruido. El 17-26 del primer cuarto dejó paso, diez minutos después, a un 28-45 que llegó lento, doloroso, para un Madrid que no sabía por dónde le llegaban los palos. Un Madrid torpe y descolocado, que fallaba dos de cada tres canastas. Un Madrid pesadísimo.

Pero quizá el problema del conjunto blanco, más allá de su actitud en algunas fases del partido, sea más profundo. Quizá ocurra que espera tanto de sus hombres altos que al resto le ha adjudicado un papel menor. Sobre todo a sus bases, Raúl López y Djordjevic, cuya presencia ayer, hasta los instantes finales, fue meramente testimonial. Descabezado como se vio, el Madrid -contempló no sin sorpresa cómo su rival le pasaba por encima por mucho que Struelens intentara detener la sangría con un par de ruidosos tapones. Pero optó el Madrid por echarle cierto coraje, con la pareja Tarlac-Tabak a la cabeza, y redujo las distancias hasta donde buenamente pudo (44-54 a falta del último cuarto).

Aquel arreón paralizó al Tau, que se perdió en la zona mixta ordenada por Scariolo, con Vukcevic persiguiendo a Foirest -que bajó entonces sus sorprendentes porcentajes-. El cuadro vitoriano no había dejado el duelo visto para sentencia cuando debía y bien que lo pudo pagar, porque el peor Madrid de la temporada encontró una vía de escape, siempre desde el esfuerzo, no desde el buen juego.

Pero como Tarlac (pese a sus 16 rebotes) y Tabak (pese a sus 12 puntos) no son Sabonis, esto es, no son tipos capaces de cambiar radicalmente el signo de un partido por sí mismos -y se dejan birlar hasta 12 rebotes bajo su aro- el Tau pudo vivir de las rentas con cierto desahogo agradeciendo, sin duda, que el Madrid tuviera prohibido llevar al cesto algún triple (5 de 23 fue su borrosa estadística).

Pero de repente apareció Djordjevic. Que estaba allí, palabra. Y que además de lanzar un triple lo encestó. 49-57 rezaba el marcador cuando, de repente también, apareció Lucio Angulo. Que estaba allí, palabra. Y que no sólo lanzó un triple sino que lo encestó. Djordjevic, con dos tiros libres, puso aquello en 54-57. El Tau se había largado del partido sin que nadie le invitara a ello e hizo tres puntos en seis minutos. Pero el Madrid se lió de mala manera, Bennett, por una vez, mantuvo la calma y el Tau atrapó una victoria enorme, que le alivia de todas sus penurias, ante un rival que se suponía intocable. Y que no lo es.

Raúl López avanza con la pelota ante la oposición de Bennett.EFE

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