El mundo monstruoso de 'Friks' vampiriza la plaza de Lavapiés
Los protagonistas celebran callejeando su tercera prórroga
El mundo monstruoso deFriks, el espectáculo de AKAT Laboratorio, ha cuajado en la sala Triángulo hasta el punto de que ya va por la tercera prórroga. Para celebrarlo, este grupo de estética y contenido poco convencionales ha sacado su revolución a la calle. El pasado jueves estuvieron en territorio universitario por la mañana y en dominios multirraciales por la tarde, en una salida de la estación de metro de Ciudad Universitaria, primero, y en la plaza de Lavapiés al oscurecer.
Los actores repetirán mañana la jugada callejera con una visita matinal al Retiro, 'en la fuente que ha...
El mundo monstruoso deFriks, el espectáculo de AKAT Laboratorio, ha cuajado en la sala Triángulo hasta el punto de que ya va por la tercera prórroga. Para celebrarlo, este grupo de estética y contenido poco convencionales ha sacado su revolución a la calle. El pasado jueves estuvieron en territorio universitario por la mañana y en dominios multirraciales por la tarde, en una salida de la estación de metro de Ciudad Universitaria, primero, y en la plaza de Lavapiés al oscurecer.
Los actores repetirán mañana la jugada callejera con una visita matinal al Retiro, 'en la fuente que hay al lado del estanque, por la entrada de la calle de Alcalá, a las 13.30 y a las 14.00', pormenorizan para que nadie se queje de estar desinformado. Las funciones fuera del teatro son otro ingrediente más de su condición de 'compañía laboratorio', como su último montaje, no apto para espectadores de neuronas perezosas. 'El público no tendrá más remedio que esforzarse para entender qué se cuenta y por qué', reconocieron, cuando presentaron este espectáculo que muestra la muerte 'injusta' de seis personas, en lugares y circunstancias diferentes. La compañía AKAT se considera heredera del Nobel irlandés Samuel Beckett y gusta de 'destrozar los diálogos y las estructuras dramáticas para narrar algo de forma diferente'.
Otros que van de reestreno, pero en la sala Cuarta Pared, son los actores de Micomicón y su Atra bilis, la esperpéntica historia de cuatro mujeres viejas interpretadas por hombres. 'Quisimos que Laila Ripoll fabricara un texto a la medida de la compañía; éramos cuatro hombres y se nos invitó a entrar en el mundo hilarante y trágico de cuatro ancianas', recuerdan, y esa suerte de travestismo sirve para 'proporcionar al espectáculo una visión grotesca y deformada que borra cualquier huella de naturalismo', dicen.