Reportaje:VUELTA 2001 | 13ª etapa

Beloki se marcha a casa

Una infección vírica obliga a retirarse al corredor vasco, que también ha acusado su esfuerzo en el Tour

La primera razón médica para el súbito hundimiento de Joseba Beloki en la Vuelta tiene un nombre definido: Tour. El motor del ciclista vitoriano se revolucionó al máximo para alcanzar por segundo año consecutivo el podio de los Campos Elíseos y de tamaño esfuerzo ha sido incapaz de recuperarse en los 40 días que han mediado entre el Tour y la Vuelta. Es la conclusión a la que se ha llegado después de analizar las variables fisiológicas del corredor en los últimos días. 'La próxima temporada, por lo que estoy viendo aquí, quizá sea mejor dedicarla íntegramente al Tour', dice su director, Manolo...

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La primera razón médica para el súbito hundimiento de Joseba Beloki en la Vuelta tiene un nombre definido: Tour. El motor del ciclista vitoriano se revolucionó al máximo para alcanzar por segundo año consecutivo el podio de los Campos Elíseos y de tamaño esfuerzo ha sido incapaz de recuperarse en los 40 días que han mediado entre el Tour y la Vuelta. Es la conclusión a la que se ha llegado después de analizar las variables fisiológicas del corredor en los últimos días. 'La próxima temporada, por lo que estoy viendo aquí, quizá sea mejor dedicarla íntegramente al Tour', dice su director, Manolo Saiz; 'los dos líderes, Joseba e Igor [González de Galdeano], se encuentran mucho mejor en Francia'.

En tal estado de equilibrio al límite, cualquier pequeño problema es un mundo. Así, una tarde de frío y lluvia en Cantabria, hace una semana, derivó en una infección vírica que ha sido el desencadenante último de una crisis que ha llevado a que Beloki ya no tome hoy la salida a pesar de resistirse hasta el último momento, hasta la imposición médica, a la retirada.

Objetivamente, el abandono de Beloki era el movimiento más lógico, ya que se consideraba imposible que pudiera recuperar la moral y las fuerzas -de hecho, ayer entró en un grupo con tiempo perdido, el de los débiles-, pero él se negaba: 'No me puedo bajar [de la bicicleta]. Sería una falta de respeto a los compañeros'. 'Ahora lo fácil sería abandonar', abundaba Saiz, 'pero sería imposible no dar la impresión de que se baja porque no pude ganar'. Saiz era consciente de que, aparte de la recuperación física, Beloki necesitaba superar su bache psicológico. 'En efecto', decía, 'debemos tratar de recuperarle, ilusionarle con lo que queda de temporada, algunas clásicas y, sobre todo, el Mundial. Eso se puede hacer en la Vuelta'.

Esta temporada es la primera en la que Beloki ha corrido dos grandes vueltas. Curiosamente, pese a su veteranía, 28 años, su debú en una grande se produjo en el Tour 2000. El corredor, sin embargo, llegaba teóricamente fresco a la Vuelta, pues sólo llevaba 42 días de competición. Una caída en la París-Niza, en marzo, interrumpió su preparación primaveral, por lo que sólo pudo volver a competir en mayo. Sin embargo, Beloki, un profesional de dedicación absoluta, no paró de entrenarse en su casa, en el rodillo, durante los duros días de la recuperación. Cuando volvió lo hizo a un nivel muy alto. Ese hecho, el que un mes antes del Tour ya estuviera prácticamente a tope, ha influido también en la falta de frescura con la que ha afrontado la Vuelta. Agosto lo dedicó a entrenarse de forma conservadora y en altura (precisamente en el Envalira, donde sufrió la crisis) para intentar recuperarse lo mejor posible. Su compañero Igor González de Galdeano, que también disputó el Tour y estuvo en agosto en altura, tampoco ha podido reproducir en la Vuelta la buena actuación que tuvo en la Grande Boucle.

La crisis le sobrevino a Beloki, pura coincidencia, cuando vestía el maillot de líder de la Vuelta, después de que su equipo y los rivales detectaran ya la víspera, corrida a gran ritmo en persecución de Santi Blanco, que el vasco no estaba en perfecto estado. Beloki sólo conocía un hundimiento igual de largo en minutos. Le ocurrió hace varios años, cuando encaró de líder la última etapa del Tour del Porvenir. 'Pero no tuvo nada que ver con esto. No son hundimientos psicológicos. No es la presión lo que me vence', dice; 'aquello fue puramente circunstancial. Un corredor nos destrozó. Y ahora estoy enfermo'.

Beloki, aun con los ganglios inflamados, quería acabar la Vuelta, buscaba ilusionarse pensando en la etapa de Abantos, el día 29, y quería planificar el final de la temporada con vistas al Mundial de Lisboa, el 14 de octubre. Pero su enfermedad no ha remitido y la opinión negativa de los médicos le ha forzado a retirarse.

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