'Mestre periodista'

De Puyal sólo se cuenta una maldad, bondadosa por otra parte y que redunda en lo imperecedero de su maestrazgo. Quienes bien le conocen dicen que es tan fácil quererle como difícil aguantarle, una definición que explicaría tanto la calidad de su trabajo de autor como su capacidad para formar hereus que acaban siendo pals de paller de otras casas, la mayoría de ellas respresentadas ayer en la UAB. A Puyal le avala su creatividad, seducción y convicción, y de ahí que para el que escucha su mensaje preciso suene hoy mejor incluso que hace 25 años. La primera retransmisión deportiva...

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De Puyal sólo se cuenta una maldad, bondadosa por otra parte y que redunda en lo imperecedero de su maestrazgo. Quienes bien le conocen dicen que es tan fácil quererle como difícil aguantarle, una definición que explicaría tanto la calidad de su trabajo de autor como su capacidad para formar hereus que acaban siendo pals de paller de otras casas, la mayoría de ellas respresentadas ayer en la UAB. A Puyal le avala su creatividad, seducción y convicción, y de ahí que para el que escucha su mensaje preciso suene hoy mejor incluso que hace 25 años. La primera retransmisión deportiva en catalán tiene un valor histórico incalculable, y como tal hay que celebrarla. El registro Puyal, sin embargo, no sólo debe medirse en términos lingüísticos, sino periodísticos. Su mérito ha sido el de saber transmitir el oficio, así que en estos momentos se festeja sobre todo una normalización bien hecha. La voz del maestro tiene hoy más razón de ser que nunca, no porque consuela -que consuela-, sino por pionera. Tal como suena.

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