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ARIAS CON SUBTÍTULOS

El financiero Alberto Vilar vuelve a aparecer como hada madrina de los melómanos. Gracias al generoso bolsillo del benefactor de la música clásica, el teatro de la ópera de Viena, Wiener Staatsoper, dispone a partir de ahora de un refinado sistema de subtítulos, para placer individual de cada espectador. Porque en unos 2.200 monitores, colocados como en los aviones en el respaldo de cada butaca, durante la función el público puede leer el libreto en alemán y en inglés mientras escucha cantar, por ejemplo, un buen Nabucco en italiano, como ocurrió el pasado sábado en el estreno de...

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El financiero Alberto Vilar vuelve a aparecer como hada madrina de los melómanos. Gracias al generoso bolsillo del benefactor de la música clásica, el teatro de la ópera de Viena, Wiener Staatsoper, dispone a partir de ahora de un refinado sistema de subtítulos, para placer individual de cada espectador. Porque en unos 2.200 monitores, colocados como en los aviones en el respaldo de cada butaca, durante la función el público puede leer el libreto en alemán y en inglés mientras escucha cantar, por ejemplo, un buen Nabucco en italiano, como ocurrió el pasado sábado en el estreno del invento. En el entreacto, el secretario de Estado austriaco encargado de Cultura, Franz Morak, entregó a Vilar la condecoración de oro de Viena. También el director de la Ópera de Viena, Ioan Holender, agradeció efusivamente al mecenas el regalo que costó 576 millones de pesetas. Este sistema de subtitulado sólo existía hasta ahora en la Metropolitan Opera de Nueva York, que junto al Festival de Salzburgo, a la Royal Opera House en el Convent Garden de Londres y a la Opera y Ballet Krov de San Petersburgo, es otro de los templos musicales patrocinados por este millonario cubano-estadounidense de 60 años que en su infancia vio frustrada su vocación de violinista para seguir el consejo de su padre y dedicarse a las finanzas, con enorme éxito por lo visto.

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