ALEMANIA | ACTUALIDAD INTERNACIONAL

'El rey de los harapos'

Hitler no era más que el 'remendado rey de los harapos' que 'ladraba contra el micrófono falsedades históricas'. Así se refería Thomas Mann al presidente de Alemania en una carta inédita dirigida al historiador Eugen Fischer-Baling pocos días después de la llegada del líder nazi al poder en 1933. Ya, entonces, el premio Nobel de 1929 no veía con buenos ojos la política del Führer, y que desencadenaría la II Guerra Mundial. Un sentimiento que queda registrado en esta misiva divulgada por el periódico Frankfurter Allgemeine que recuerda la temprana oposición del escritor alemán al régimen...

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Hitler no era más que el 'remendado rey de los harapos' que 'ladraba contra el micrófono falsedades históricas'. Así se refería Thomas Mann al presidente de Alemania en una carta inédita dirigida al historiador Eugen Fischer-Baling pocos días después de la llegada del líder nazi al poder en 1933. Ya, entonces, el premio Nobel de 1929 no veía con buenos ojos la política del Führer, y que desencadenaría la II Guerra Mundial. Un sentimiento que queda registrado en esta misiva divulgada por el periódico Frankfurter Allgemeine que recuerda la temprana oposición del escritor alemán al régimen nazi, y cuyo valor está en que fue escrita antes de que Mann abandonara Alemania, es decir, su gira europea que finalmente lo llevó al exilio en Suiza y Estados Unidos. La carta del autor de La montaña mágica y José y sus hermanos (cuyo primer tomo ha reeditado este año Ediciones B) es parte del legado de Fischer-Baling hallado por un investigador que prepara un libro sobre el historiador, el 'lamento' ahora es que de haberse divulgado en su momento habría servido de apoyo a los críticos del III Reich, según el diario alemán. Un documento en el que, aparte de sus opiniones y temores sobre Adolf Hitler, al que Thomas Mann nunca se refiere con nombre propio y sustituye por el de 'rey de los harapos', el escritor se queja y acusa a las universidades alemanas de la contaminación de 'poderes depravados' y de convertirse en tierra de cultivo para ellos. Pero la visión casi profética de Mann traspasa en aquella carta los ámbitos oficiales y universitarios y ve con amargura cómo la sociedad de la época se deja embaucar con 'cuentos' sobre su pasado, y de la importancia de vivificarlo por métodos reprobables.