Los pasajeros tuvieron que abrir a patadas las puertas del aparato

Los pasajeros del avión siniestrado tuvieron que salir del aparato por sus propios medios, abriendo a patadas las puertas de emergencia bloquedas por el impacto.

El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, aseguró que los bomberos tardaron ocho minutos en llegar al lugar del accidente, pero algunas de los afectados aseguraron que la demora se prolongó hasta 20 minutos. 'No entiendo cómo es posible que habiendo pedido un aterrizaje de emergencia no hubiera un coche de bomberos del aeropuerto esperando', se quejaba uno de ellos.

En el interior del aparato se viviero...

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Los pasajeros del avión siniestrado tuvieron que salir del aparato por sus propios medios, abriendo a patadas las puertas de emergencia bloquedas por el impacto.

El delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, aseguró que los bomberos tardaron ocho minutos en llegar al lugar del accidente, pero algunas de los afectados aseguraron que la demora se prolongó hasta 20 minutos. 'No entiendo cómo es posible que habiendo pedido un aterrizaje de emergencia no hubiera un coche de bomberos del aeropuerto esperando', se quejaba uno de ellos.

En el interior del aparato se vivieron los momentos de mayor tensión cuando los pasajeros descubrieron que las puertas de emergencia habían quedado bloqueadas y que en el exterior no había equipos de auxilio. El fuerte olor a queroseno aumentó su angustia. Uno de ellos, Francisco Javier Oliva, relató cómo él mismo logró abrir de una patada la puerta trasera.

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El piloto adviritió a las 10.15 de que iba a realizar un aterrizaje de emergencia. Inmediatamente, según la dirección del Aeropuerto y Aviación Civil, un retén de bomberos del aeropuerto se desplazó a la cabecera de la pista de aterrizaje, que dista 230 metros del lugar donde cayó el avión.

El impacto se produjo a las 10.17. Sin embargo, los bomberos del aeropuerto llegaron a la vez que los del Ayuntamiento de Málaga, que recibieron el aviso a las 10.18, y cuyo cuartel más cercano, el del barrio de Las Pirámides, se encuentra a más de siete kilómetros de la zona.

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Y eso a pesar de que los bomberos del aeropuerto debieron utilizar una puerta que hay en la verja a sólo 50 metros del lugar del siniestro, que posteriormente quedó abierta para facilitar el paso de los vehículos que participaron en el rescate.

El delegado del Gobierno restó ayer importancia a estas quejas. 'Evidentemente, cuando uno sufre un accidente los minutos parecen mucho más largos, pero la atención fue rápida', dijo.

El siniestro evidenció también que la única carrtera de acceso al aeropuerto es precisamente sobre la que cayó el avión, según recordó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre,

También los familiares de las víctimas criticaron la atención recibida en los primeros momentos por parte de Binter. 'Nos pusieron un número de información que no funcionaba. Estuve llamando cuatro horas y me he tenido que enterar de todo por la radio', indicó el pariente de un herido.

A mediodía, la compañía fletó dos aviones para trasladar desde Melilla a Málaga a las familias de los pasajeros y reservó 148 plazas hoteleras en la capital de la Costa del Sol. Además, según un comunicado que hizo público, ofreció cinco millones de pesetas a las familias de los fallecidos para 'atender sus necesidades más inmediatas'.