The Scholars llena de perfección el santuario de la Bien Aparecida
En el santuario de la Bien Aparecida -un paisaje grandioso para una Virgen diminuta- actuaron The Scholars, cuarteto de madrigalistas ingleses de una perfección absoluta y un completo dominio de las lenguas y los estilos. Logran así que una música reservada no hace mucho tiempo a minorías, fueran las de las sociedades filarmónicas o las de la Residencia de Estudiantes, se convierta en mensaje abierto a todos. Al fin y al cabo, mucho de este repertorio madrigalesco, religioso o profano, formó parte de la vida cotidiana. Como se trata de un género de extensión universal, el cuarteto británico ab...
En el santuario de la Bien Aparecida -un paisaje grandioso para una Virgen diminuta- actuaron The Scholars, cuarteto de madrigalistas ingleses de una perfección absoluta y un completo dominio de las lenguas y los estilos. Logran así que una música reservada no hace mucho tiempo a minorías, fueran las de las sociedades filarmónicas o las de la Residencia de Estudiantes, se convierta en mensaje abierto a todos. Al fin y al cabo, mucho de este repertorio madrigalesco, religioso o profano, formó parte de la vida cotidiana. Como se trata de un género de extensión universal, el cuarteto británico aborda con toda coherencia y naturalidad el mensaje de cinco siglos de 'canciones de amor, de danzas, de alabanzas y de la naturaleza'.
Del italiano Viadana y el flamenco Lassus al inglés Wellkes o el español Juan de la Encina, todos ellos del siglo XVI, pero también pentagramas del siglo XX, como los de Vauchan Williams, el vasco Jesús Eguiguren (Durango, 1945) o las transcripciones del tenor Robin Doveton. La palabra poética y los pentagramas se dan la mano muy estrechamente en todas las variantes madrigalescas.
The Scholars -Kym Amps, soprano; Angus Davidson, contratenor; Robin Doveton, tenor, y David van Asch, bajo- se desenvuelven cual el más bello órgano hasta hacer demostración práctica la antigua idea de que 'la música empieza donde termina la palabra'. Quizá la prolonga en la intimidad de cuantos la escuchan si nos llega en versiones tan portentosas como las de ahora.