Reportaje:

La vida nocturna del Arca de Noé

El Zoo-Acuarium de Madrid abre sus puertas por la noche durante los fines de semana de verano

Estos fines de semana de verano, cuando cae el sol, el Zoo-Acuarium de Madrid deja sus puertas abiertas para que los que se han quedado en la capital puedan elegir hacer algo distinto y pasar un rato agradable conociendo un poco más a los pobladores de este madrileño Arca de Noé.

El acuario, el pabellón de Naturaleza Misteriosa y el delfinario son las instalaciones que permanecen abiertas hasta la medianoche y en donde se organizan visitas guiadas, mientras el resto de los animales del zoo duermen. Las casas donde viven estos dormilones se cierran a las nueve de la ...

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Estos fines de semana de verano, cuando cae el sol, el Zoo-Acuarium de Madrid deja sus puertas abiertas para que los que se han quedado en la capital puedan elegir hacer algo distinto y pasar un rato agradable conociendo un poco más a los pobladores de este madrileño Arca de Noé.

El acuario, el pabellón de Naturaleza Misteriosa y el delfinario son las instalaciones que permanecen abiertas hasta la medianoche y en donde se organizan visitas guiadas, mientras el resto de los animales del zoo duermen. Las casas donde viven estos dormilones se cierran a las nueve de la noche, y unos guardas de seguridad las escoltan para que nadie interrumpa su descanso.

Las especies que en las noches del zoo desaparecen de la vista de los visitantes hacen acto de presencia virtual en la gran pantalla de agua que, cada fin de semana de verano antes de la medianoche, proyecta un espectáculo de luz y sonido protagonizado por los animales. La proyección, que se lleva a cabo encima de un estanque, puede contemplarse desde el bar al aire libre que, a la hora de cenar, prepara el ambiente con música del verano como Mayonesa, y los sábados ofrece una barbacoa completa por 1.375 pesetas.

La noche añade encanto al zoológico; también un halo misterioso. Y si no, que se lo digan a los visitantes que en la oscura entrada al pabellón de Naturaleza Misteriosa perciben la presencia inquietante, en el estanque que tienen a sus pies, de un caimán de 2 metros y medio.

En el acuario, que con una capacidad de dos millones de litros de agua da cobijo a más de 200 especies de peces, invertebrados y a los temidos tiburones, un grupo de biólogos amplía su horario de trabajo para, con menos gente alrededor, contar curiosidades de los animales.

También en el pabellón de Naturaleza Misteriosa hay guías que, con una linterna, ayudan a los visitantes a descubrir dónde se esconden las serpientes, los insectos y las ranas. 'Lo que más nos piden es que encontremos al insecto hoja, cosa muy difícil porque tiene una capacidad perfecta de mimetismo', explica Óscar, uno de los biólogos que durante el resto del año trabaja en el zoo cuidando y alimentando a los animales.

Pero lo que más llama la atención, y aún más por la noche, son los tiburones. Delante del acuario, donde viven los escualos, los visitantes se agolpan interesados, aprovechando que los trabajadores del zoo tienen tiempo para contestar todas sus preguntas.

La idea, según explica Amparo Fernández, la jefa de relaciones públicas del zoo, es también que los madrileños puedan disfrutar de las noches veraniegas en la Casa de Campo 'de forma agradable y tranquila, sin tener que ir donde están las prostitutas', comenta.

A esta sesión nocturna, según dicen los trabajadores del zoo, acuden muchas parejas. Muchos amantes (y amantes a su vez de los animales) aprovechan este nuevo horario para evitar el ambiente predominantemente familiar e infantil que suele caracterizar al zoo. 'Por el día ni se me ocurre venir, pero a esta hora hay menos gente, pasas un rato tranquilo y aprendes cosas sobre los animales, porque sólo por la noche los expertos tienen tiempo de explicar', afirma una estudiante de 24 años que visita las instalaciones con su novio.

Además del horario nocturno, una novedad para el verano en el zoo es la exposición de cachorros de perros y gatos y alguna que otra mascota extraña. Además, se han instalado unas piscinas toca toca, donde los más pequeños tienen la oportunidad de percibir al tacto, bajo vigilancia de un monitor, una raya, una estrella de mar, un cangrejo o un erizo.

La apertura del recinto por la noche, según la dirección del zoo, ha ayudado al aumento, con respecto a la temporada de verano del año pasado, de la afluencia de público, aunque admiten que el mayor empuje está siendo la presencia de los recién llegados koalas.

Zoo-Acuarium de la Casa de Campo. De 21.30 a 24.00. 1.855 pesetas adultos y 1.500 para niños. Entrada libre para menores de 3 años. Una consumición gratis con la entrada. Metro Batán, autobuses 33 y autobuses especiales domingos y festivos desde Estrecho, Puente de Vallecas Ventas y Batán.

Delfinario del Zoo de Madrid.MORGANA VARGAS LLOSA