Prueba de agudeza visual

Todos los gestos y detalles de la reunión están orientados a transmitir una nueva imagen del partido

Como en una prueba de agudeza visual al estilo de Forges, una cámara podría haber enfocado ayer los pies de los asistentes en primera fila a la Conferencia Política mientras una leyenda rezase: 'Adivine, en menos de cinco segundos, cuál de estos cuarenta pares de zapatos de insignes dirigentes socialistas pertenece a Felipe González'. Habrían sobrado cuatro segundos. Calzado como de andar a sus anchas, de sembrar en el huerto, o de visitar a un amigo un domingo. Así eran, casi botas. Justo a su izquierda descansaba el único par de zapatos que, aunque fuera remotamente, se asemejaba al de Felip...

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Como en una prueba de agudeza visual al estilo de Forges, una cámara podría haber enfocado ayer los pies de los asistentes en primera fila a la Conferencia Política mientras una leyenda rezase: 'Adivine, en menos de cinco segundos, cuál de estos cuarenta pares de zapatos de insignes dirigentes socialistas pertenece a Felipe González'. Habrían sobrado cuatro segundos. Calzado como de andar a sus anchas, de sembrar en el huerto, o de visitar a un amigo un domingo. Así eran, casi botas. Justo a su izquierda descansaba el único par de zapatos que, aunque fuera remotamente, se asemejaba al de Felipe González. Pertenecía a Herick Campos, estudiante de tercero de sociología a sus 25 años y líder de las Juventudes Socialistas.

Nada es por casualidad en la Conferencia Política. Desde la sede de Ferraz llevaban seis meses preparando cada detalle, cada pequeño efecto de los muchos que se produjeron ayer. Y sentar a ambos juntos era uno de ellos. El otro efecto surgió nada más entrar José Luis Rodríguez Zapatero. Comenzó a la música. Y muchos de los tres mil asistentes, entre invitados (1.500), participantes (773) y medios de comunicación, pusieron cara de 'esto-me-suena'. Eran los acordes de la campaña de 1982. 'Bueno... es y no es', decía un miembro del equipo del secretario de Organización, José Blanco. 'Esa música trae muy buenos recuerdos a la gente. Nosotros hemos repetido algunos acordes y el resto lo hemos adaptado a los nuevos tiempos'. Cada símbolo, cada son, cada cartel, todo estaba calculado. La misma idea se pretende perseguir con el logo estrenado en la conferencia, que prima las siglas del PSOE, al menos tanto como el puño y la rosa. 'Tú ves un anuncio de Audi y antes de que salga la palabra Audi ya sabes que el coche es de ellos. Ése es el mensaje que queremos lanzar: respeto a la tradición y cambio al mismo tiempo'.

Y ése era el mensaje que se esforzaron en emitir Blanco y Manuel Chaves, presidente del partido, cuando subieron a la grada. Ambos citaron a Felipe González, quien no aplaudió ningún discurso -a Blanco y a Chaves se les ovacionó en nueve ocasiones-, salvo al final. González parecía algo abstraído. Tanto que en un momento dado sacó un bloc de su cartera y se puso a escribir. Lo hizo mientras se oía a Chaves decir 'Voy a citar a Felipe González: ésas son las formas que nuestros compatriotas esperan de nosotros'. Sólo abandonó su actitud ensimismada para hablarle, gesticulando de forma apasionada con su mano derecha blandiendo de arriba abajo, al joven Herick Campos. 'Vaya repaso que me ha pegado', comentaba Campos después. 'Me dijo que las juventudes no tienen un discurso claro ante los grandes retos que plantea la globalización. Me dijo que mucha gente no tenía ni idea de lo que es la globalización. Y yo le dije: 'Eh... quieto ahí... el primero que no tiene ni idea soy yo. Y en ese momento, desde la tribuna, Chaves mencionó también la palabra globalización. Felipe me dijo que lo primero que hay que hacer es desmarcarse de los grupos violentos que se oponen a ella; lo segundo, tener claro cuál es nuestra estrategia, definir conceptos y una estrategia. Hemos quedado para septiembre'.

Nuevas estrategias en un viejo partido. Y nuevo lenguaje. Manuel Chaves tal vez olvidó que a veces lo políticamente correcto es sintácticamente estridente.. En su discurso mencionó en al menos 29 ocasiones la expresión 'compañeras y compañeros', en cada una de las cuales, por supuesto, el género femenino antecedía al masculino. La expresión escondía una intención loable, que Chaves expresó claramente al decir que ya era hora de dar nuevo protagonismo a los eternos relegados del partido: 'las mujeres y los jóvenes'.

En resumen, si hubiese que encontrar una expresión moderna e ilustrativa de todo lo que sucedió ayer en los discursos y debates internos de la Conferencia, habría que quedarse con la que usaba el impulsor de la plataforma Iniciativa por el Cambio, Manuel Escudero: 'Buen rollo'. Buen rollito. Nada chirriaba. Todo dentro de un orden.

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