GENTE

HOMENAJE CON VELAS

Max Bragado, director invitado de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, se emocionó en Pedraza al hablar de Joaquín Rodrigo durante un concierto en el centenario del nacimiento del compositor valenciano, recordando el miedo que le daba acudir a casa del maestro, hace cerca de dos décadas -cuando ya contaba con 80 años-, por el respeto que le imponía su personalidad, aunque las visitas se convirtieron inmediatamente en entrañables encuentros mientras ambos trabajaron en la orquestación de algunos temas del autor del Concierto de Aranjuez. El marco acompañó la celebració...

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Max Bragado, director invitado de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, se emocionó en Pedraza al hablar de Joaquín Rodrigo durante un concierto en el centenario del nacimiento del compositor valenciano, recordando el miedo que le daba acudir a casa del maestro, hace cerca de dos décadas -cuando ya contaba con 80 años-, por el respeto que le imponía su personalidad, aunque las visitas se convirtieron inmediatamente en entrañables encuentros mientras ambos trabajaron en la orquestación de algunos temas del autor del Concierto de Aranjuez. El marco acompañó la celebración, ya que la plaza Mayor y los alrededores de esta villa medieval fueron iluminados por más de 30.000 velas, hasta el punto de que la hija del músico, Cecilia Rodrigo, confesó que se trataba del concierto más bonito de todos los homenajes a su padre, donde se interpretaron temas menos conocidos, como Per la flor del lliri blau. Lucho Ferrucho, representante de Antonio Canales, fue otro de los maravillados con el lugar, y no pudo por menos que llamar por teléfono al bailarín, que actuará junto a la soprano Ainhoa Arteta en el castillo el próximo sábado. Los llamados 'conciertos de las velas', organizados por la Fundación Villa de Pedraza desde hace 10 años, no sólo atrajeron a 2.500 personas a la plaza, sino que fuera del recinto se quedaron más de 15.000 almas que no quisieron perderse la noche, incluso la madrugada de ayer, domingo, iluminadas sólo por la luz de las velas, acontecimiento que ya ha sido recogido en el Libro Guinness de los récords.

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