Reportaje:ATLETISMO

El disco como una de las bellas artes

Mario Pestano batió la semana pasada el récord español con una marca que le incluye en la élite mundial

Como los compañeros de colegio no le pasaban el balón, Mario Pestano, un mocetón canario, amante del deporte, dejó de jugar al fútbol y se pasó al atletismo. Como era un chico muy alto (ahora,a los 23 años, mide 1,93), muy fuerte (ahora pesa 103 kilos), potente (es capaz de saltar un metro de altura con los pies juntos, y 3,60 metros de longitud) y rápido (los 60 metros los corre en 6,8s), Mario Pestano se dedicó a los lanzamientos. 'Primero peso y luego disco, del que me he enamorado y al que me dedico en exclusiva desde hace cuatro años', dice Pestano, serio, responsable y trabajador. Podría...

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Como los compañeros de colegio no le pasaban el balón, Mario Pestano, un mocetón canario, amante del deporte, dejó de jugar al fútbol y se pasó al atletismo. Como era un chico muy alto (ahora,a los 23 años, mide 1,93), muy fuerte (ahora pesa 103 kilos), potente (es capaz de saltar un metro de altura con los pies juntos, y 3,60 metros de longitud) y rápido (los 60 metros los corre en 6,8s), Mario Pestano se dedicó a los lanzamientos. 'Primero peso y luego disco, del que me he enamorado y al que me dedico en exclusiva desde hace cuatro años', dice Pestano, serio, responsable y trabajador. Podría haber sido un gran jugador de baloncesto, velocidad, fuerza y rebote, y mucho salto, pero en vez de eso lleva camino de convertirse en uno de los mejores lanzadores de disco del mundo. Al menos, para eso trabaja.

Carlos Burón, el hombre que más sabe en España, y parte del extranjero, de lanzamientos, y ya reputado técnico de Manolo Martínez, uno de los cracks del peso mundial, vio lanzar hace unos años a Pestano en un campeonato local. Se quedó impresionado por sus datos antropométricos, por la longitud de sus brazos, y por su velocidad. Habló con él y, aunque tardó un poco, le convenció para que dejara Tenerife y su calor y se fuera con él a León, donde podría convertirse en uno de los mejores lanzadores del mundo. 'Y aquí ya lleva tres años, perfectamente integrado; estudia INEF, tiene novia leonesa, y lanza el disco una cuantas horas al día', dice Burón. 'Y no se entera del frío. Cuando está sudando a todo sudar, aunque sea a mitad del invierno y el termómetro marca cero grados, bromeamos sobre el frío, y nos reímos'

Lo lanza muy lejos. 'Lo mío es amor puro', precisa Pestano. 'El disco lo necesita. No es de esas cosas que las haces porque las ves en la tele: entre otras cosas porque en la tele apenas dan el disco'.

Hace apenas 15 días, Pestano se convirtió en el segundo español, tras el gallego David Martínez, que pasaba la barrera de los 65 metros, una de las primeras líneas de demarcación del nivel mundial. Una semana después repetía, acicateado en la Copa de Europapor la competencia con el alemán Lars Riedel ('iba a por él, quería ganarle'), una de las leyendas de la especialidad, Pestano volvió a pasar de los 65 y llegó casi a los 66 metros: 65,60 nuevo récord español.

'El disco es así', explica Pestano. 'Una disciplina de mucho trabajo y paciencia. Hay que tener siempre la menta fría. Y tiene algo inexplicable. Hay días que te sientes bien, muy fuerte y decidido y sales a lanzar y estás lento y te sale todo fatal. Y de repente, de un día para otro, sin notar apenas un cambio en las sensaciones, de una semana para otra, te sale el lanzamiento perfecto. Y luego repites...'

'El disco es velocidad', precisa Burón. 'Y técnica. Un objeto de dos kilos que debes lanzar a 25-26 metros por segundo (90 kilómetros por hora) sin salirte de un círculo de 2,5 metros. Eso lo determina todo: la habilidad específica para girar en el sitio y lanzar a toda velocidad'.

El disco es domar la fuerza bruta, ponerle bridas a la velocidad. El ideal de Pestano. 'Busco la perfección técnica. No me obsesiono pensando pensando en una gran marca sino en dominar cada día un poquito más todos los detalles. Necesito para ello muchos lanzamientos, mucha competición. Para Edmonton, los Mundiales de agosto, sólo me planteo ir. Nada más. Ir e intentar pasar la clasificación, que pedirán 64,5 metros. Quiero ir a darlo todo. Si sale bien, perfecto, si no, soy joven aún y no me fijo metas en la competición, sino trabajar bien y mejorar todos los días'.

Mario Pestano, el lanzador sin ídolos ('admiro un modelo técnico, no a un personaje'), es joven y está creciendo. 'Por su juventud', dice Burón, 'sus condiciones físicas, que son buenas o muy buenas, por sus posibilidades de desarrollo físico y de aprendizaje y refinamiento de los detalles técnicos, por todo eso, Pestano llegará un día a los 70 metros. Y si nada le detiene, estará en esa marca para Atenas 2004'.

'Sí, eso calculo yo, dentro de cuatro o cinco años, seré más fuerte, seré mejor', promete Pestano. 'A eso aspiro yo. Estaré con los mejores'.

Mario Pestano lanza el dico durante el Mundial 99 de Sevilla.

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