El pequeño Buenos Aires

'Buenos Aires en Barcelona'. Tal vez no sea exactamente la misma fórmula con que los principales festivales internacionales (el festival de Aviñón, sin ir más lejos) invitan a las compañías extranjeras con la aspiración de mostrarlas en panorámica. En el festival Grec cabe el peligro de que acabemos considerando Argentina una ciudad aleatoria, de realismo mágico, en la que los espectáculos aparecen como por arte de birlibirloque y en la que los grandes cómicos surgen por generación espontánea.

De momento, dos espectáculos de pequeño, pequeñísimo formato, presentados en teatros alternati...

'Buenos Aires en Barcelona'. Tal vez no sea exactamente la misma fórmula con que los principales festivales internacionales (el festival de Aviñón, sin ir más lejos) invitan a las compañías extranjeras con la aspiración de mostrarlas en panorámica. En el festival Grec cabe el peligro de que acabemos considerando Argentina una ciudad aleatoria, de realismo mágico, en la que los espectáculos aparecen como por arte de birlibirloque y en la que los grandes cómicos surgen por generación espontánea.

De momento, dos espectáculos de pequeño, pequeñísimo formato, presentados en teatros alternativos a los que los espectadores (muchos de ellos argentinos) acuden con cara de haberse equivocado de lugar. Los montajes El amateur y Fuera de cuadro son dos ejemplos de una vitalidad escénica que sólo llegaremos a vislumbrar.

El enigma de Godot

El amateur, con texto de Mauricio Dayub, muestra a dos personajes herederos, en su dualidad y en su espera, de los indigentes de Samuel Beckett. Seres hundidos en la absurdidad de la vida pero que, a diferencia de los personajes de Beckett, logran resolver el enigma de Godot. En esta ocasión será un viejo tanguista y ex boxeador quien se encargará de entrenar para la gloria a un ciclista, Pajarito. Son dos individuos cuyo destino parece condernarlos irrevocablemente a la cuneta, pero que en la esperanza cierta de un éxito seguro lograrán volar, como Ícaro, hasta aproximarse al sol, los focos de la fama.

Un texto tal vez no innovador, ¡pero qué par de actores!. El propio Mauricio Dayub y Vando Villamil, dirigidos por Luis Romero, hacen una rotunda exhibición interpretativa. Son dos auténticas fieras que logran convencer al público, pedaleando sobre una bicicleta de carreras, de que la miseria no es el último refugio de la humanidad. Siempre queda, y tal vez sea ésta la máxima innovación dramática de la pieza, una última esperanza.

Por su parte, Javier Daulte, a quien ya pudimos aplaudir en la Sala Beckett con el espectáculo Faros de color (obra suya que también dirigió él y que se presentó en junio del año pasado), ha regresado a Barcelona con Fuera de cuadro, una pieza en la que, además de los argentinos Gabriela Izcovich (presente asimismo en Faros de color) y Alfredo Martín, ha contado con las actrices catalanas Nies Jaume, Sandra Monclús y Nora Navas.

La de Daulte es una escritura enigmática, hecha de saltos temporales y de personajes jeroglífico. Lo que narra es, en apariencia, una historia anodina, la de una ruptura matrimonial; pero pronto todo se vuelve complejo, la historia se desdobla con la aparición de nuevos personajes y concluye en un lugar insospechado. Una excelente idea; desarrollada tal vez con un exceso de precipitación, pero en la que brilla el excelente trabajo actoral de Gabriela Izcovich.

Pequeñas

Son sin duda obras interesantes, pero pequeñas, que apenas justifican el pomposo título de 'Buenos Aires en Barcelona'. Sea como sea, ambas obras podrían haberse visto perfectamente en temporada si Barcelona fuese una ciudad algo menos cerrada al exterior.

No es precisamente con este tipo de montajes como el Ayuntamiento y el festival Grec alcanzarán los laureles de la modernidad, la apertura de miras, el cosmopolitismo. Más bien se trata de falta de presupuesto (cultural). Un mal endémico de Cataluña.