De la profundidad a las labores de punto

Los debates de 'calado' que el vicepresidente primero del Consell, José Joaquín Ripoll, anunció el 24 de abril en las Cortes, el último de los cuales se celebró ayer, han ofrecido resultados dispares. La intención aparente del Gobierno era promover la discusión sobre otras tantas grandes cuestiones para el futuro de los valencianos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ofrece varias acepciones para la entrada calado. Una ellas se refiere a la 'profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de un barco', sinónimo de importancia o de penetra...

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Los debates de 'calado' que el vicepresidente primero del Consell, José Joaquín Ripoll, anunció el 24 de abril en las Cortes, el último de los cuales se celebró ayer, han ofrecido resultados dispares. La intención aparente del Gobierno era promover la discusión sobre otras tantas grandes cuestiones para el futuro de los valencianos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ofrece varias acepciones para la entrada calado. Una ellas se refiere a la 'profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de un barco', sinónimo de importancia o de penetración. Y el Consell pretendía según anunció Ripoll, cuatro debates de esas características: sobre financiación autonómica, sobre el modelo de Ràdio Televisió Valenciana, sobre las necesidades de infraestructuras asociadas al AVE y sobre la función pública. Sin embargo, una vez celebrados los debates, parece que la acepción del diccionario que más les pega es la referida a las 'labores de punto' y, en concreto, al 'adorno que se hace aumentando o disminuyendo puntos para que queden huecos con arreglo a un dibujo'. Porque con estos debates el Consell pretendía retomar una iniciativa política que había perdido y contrarestar una cierta imagen de inactividad.

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Los dos primeros no ofrecieron ni profundidad ni novedad. El dedicado a la financiación se redujo a un mero intercambio de cifras sobre el coste que ha tenido para la Comunidad Valenciana la aplicación del actual modelo del sistema vigente y pasó como sobre ascuas por el tan nombrado modelo Zaplana. En el segundo, sobre la televisión valenciana, el Consell aprovechó también diversas iniciativas de la oposición, enterró la comisión sobre nuevas formas de gestión de RTVV que ha funcionado en las Cortes desde 1999 y anunció la elaboración de un libro blanco, además de la constitución de un consejo del audiovisual que la oposición se había 'cansado de pedir' y el PP, 'cansado de rechazar', según el portavoz socialista.

El tercero, celebrado el 24 de mayo, se ajustó más al objetivo enunciado por el Consell a la hora de convocar estos debates. Allí se anunció un proyecto para implantar una red regional de trenes de alta velocidad, además de un programa de construcción de nuevos ejes viarios. Pero la ausencia de previsiones temporales y económicas y de cuantificación de costes dio pie a la oposición a calificar el anuncio del Consell de 'cuento de hadas' y 'carta a los Reyes Magos'. Finalmente, ayer, el debate sobre función pública se vio condicionado por el ruido desatado por la intervención previa del presidente.

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