Baudrillard tilda a 'Gran hermano' de 'banalidad absoluta'
A diferencia de pensadores como el español Gustavo Bueno, que defienden con su presencia programas como Gran hermano, de Tele 5, el filósofo y sociólogo francés Jean Baudrillard cargó ayer las tintas contra los especios televisivos como el citado y su homólogo francés, Loft story. Calificó a ambos de 'banalidad absoluta' y rechazó la hipótesis de que la fuerte atracción que ejercen sobre la audiencia se debe al 'voyeurismo sexual'.
'En el fondo lo que hay es una gran atracción por la banalidad, en un éxtasis de lo absolutamente plano', explicó, al tiempo que señalab...
A diferencia de pensadores como el español Gustavo Bueno, que defienden con su presencia programas como Gran hermano, de Tele 5, el filósofo y sociólogo francés Jean Baudrillard cargó ayer las tintas contra los especios televisivos como el citado y su homólogo francés, Loft story. Calificó a ambos de 'banalidad absoluta' y rechazó la hipótesis de que la fuerte atracción que ejercen sobre la audiencia se debe al 'voyeurismo sexual'.
'En el fondo lo que hay es una gran atracción por la banalidad, en un éxtasis de lo absolutamente plano', explicó, al tiempo que señalaba el interés de ir más allá para descubrir que hay detrás de 'esa obscenidad', por qué esos programas son 'capaces de provocar entre millones de espectadores una misteriosa atracción por la banalidad y un éxtasis por la trivialidad'.
Autor de libros como Cultura y simulacro, La izquierda divina o Pantalla total, Baudrillard participó ayer en el congreso ¿El retorno de la utopía? que, organizado por Valencia Tercer Milenio, concluye hoy en el Palau de la Música. Poco antes de impartir su conferencia Desmitificación y simulacro, abundó en su tesis de que la televisión, y también la realidad virtual, representa un 'mundo integral' que ejerce un 'control colectivo', no en el sentido de control político, sino un dispositivo de control social que integra a todos de manera circular en la 'banalidad'.
La ilusión desaparece
Nihilista confeso, situado entre las corrientes postestructuralistas y postmodernas, el filósofo y también poeta señaló que el mundo de la información simula y usurpa la realidad. Ahora abunda en su idea e indica que 'no existe acontecimiento real si éste no es retransmitido o divulgado'. 'Este mundo, cada vez más real, está haciendo desaparecer la utopía, el sueño y la ilusión, a favor de una existencia cada vez más operativa'.
Baudrillard explicó, a preguntas de los informadores, que los fenómenos de liberación como el de la mujer, pero también el de la información o el del deseo, pueden ir más allá de su objetivo hasta convertirse en un 'efecto perverso y negativo'. 'La liberación va más allá de sus límites', apostilló, mientras se detenía en el fenómeno del exceso de información. En este sentido, se refirió a Internet como el 'límite del progreso' que ha pasado su propio límite.
Toda esta situación, acelerada por las nuevas tecnologías aplicadas sin control desembocará en una 'catástrofe por exceso'. La nueva sociedad de la información no está sustentada por los antiguos valores porque llegará a un punto de explosión.
Baudrillard rechazó la consideración de profeta de la realidad virtual, a propósito de la película Matrix, que bebe de algunas de sus teorías, lo cual 'es un accidente'. 'Hablo de simulaciones para luchar contra ellas', dijo.