Crónica:CICLISMO

Otro diamante del Euskaltel

El vizcaíno Iban Mayo gana de forma extraordinaria la Midi Libre

Así es el Euskaltel, el equipo ciclista que sorprende al mundo: llega una carrera importante, pongamos por caso la Midi Libre, prueba francesa de fuste e historia, y los directores, los hermanos Julián y Rubén Gorospe, le dicen a un par de corredores: vamos a salir a ganar con vosotros, que estáis fuertes. Y a ganar, y convencidos de que van a ganar, salen a competir. Y al final, ganan.

Eso ocurrió ayer, por ejemplo, no es invención. Y lo más interesante es que no fueron a ganar la Midi Libre, carrera que se corre en los terrenos durísimos del macizo central (la mítica Mende donde Jala...

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Así es el Euskaltel, el equipo ciclista que sorprende al mundo: llega una carrera importante, pongamos por caso la Midi Libre, prueba francesa de fuste e historia, y los directores, los hermanos Julián y Rubén Gorospe, le dicen a un par de corredores: vamos a salir a ganar con vosotros, que estáis fuertes. Y a ganar, y convencidos de que van a ganar, salen a competir. Y al final, ganan.

Eso ocurrió ayer, por ejemplo, no es invención. Y lo más interesante es que no fueron a ganar la Midi Libre, carrera que se corre en los terrenos durísimos del macizo central (la mítica Mende donde Jalabert hizo temblar a Induráin en el 95) y que quería para sí gente importante, como Laurent Jalabert, o Didier Rous, el francés que no para, con su gente más famosa, o el fenómeno Vinokurov, con David Etxebarria, Haimar Zubeldia o Iker Flores, sino con un ciclista joven y casi desconocido, con Iban Mayo, un vizcaíno de Igorre y 23 años que hasta ahora no se había ganado el derecho a titular ninguna noticia que no fuera la de un accidente de coche hace tres años que le rompió los tobillos y un codo.

Y ganaron. E Iban Mayo maravilló por su valor y por su respeto. El valor es lo que le permitió colocarse segundo en la general tras la etapa de Mende y el respeto el que lo condujo ayer inicialmente a ponerse al servicio de su compañero Unai Etxebarria, quien le contestó: 'Eres joven y tienes que empezar a ganar carreras, coge mi rueda'.

Esto es también el Euskaltel: Etxebarria se sacrificó, se sacrificó todo el equipo naranja, pero consiguieron llevar a Iban Mayo hasta la rueda de Jalabert, que se había fugado y reventado la carrera en la última etapa. Y allí, en el monte Saint Clair, por encima de Sête, el pueblo de George Brassens, Iban Mayo atacó, se quedó muy cerca de ganar la etapa (que fue para el francés Benoît Salmon) y ganó la general.

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