Entrevista:MARIANO CÁRDENAS | COMPOSITOR

'La guitarra es una mística, un éxtasis creativo'

Mariano Cárdenas Palacios (Jaén, 1960) empezó muy joven a tocar la guitarra, pero ahora su actividad central es la composición. Acaba de editar su segundo trabajo discográfico en el que intenta reflejar, a través de la guitarra, las emociones y lo más profundo de la cultura milenaria del aceite de oliva. Su composición ha acompañado al libro Huellas pisadas y pasos (de cultura olearia), de Antonio y José Cabral Fernández y prólogo del presidente del COI, Fausto Luchetti, editado por la Diputación de Cádiz en colaboración con la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO). Antes h...

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Mariano Cárdenas Palacios (Jaén, 1960) empezó muy joven a tocar la guitarra, pero ahora su actividad central es la composición. Acaba de editar su segundo trabajo discográfico en el que intenta reflejar, a través de la guitarra, las emociones y lo más profundo de la cultura milenaria del aceite de oliva. Su composición ha acompañado al libro Huellas pisadas y pasos (de cultura olearia), de Antonio y José Cabral Fernández y prólogo del presidente del COI, Fausto Luchetti, editado por la Diputación de Cádiz en colaboración con la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO). Antes había hecho lo mismo con la obra Los sonidos del aceite, que editó la Diputación de Jaén. Se trata, sin duda, de un innovador trabajo de investigación musical y, sobre todo, un ejercicio de virtuosismo en la afinación de las siete cuerdas.

Pregunta. ¿Qué le ha servido de inspiración en su composición?

Respuesta. He tratado de renovar la idea del olivo tradicional de Jaén y transportarla a Cádiz. Los olivos gaditanos transmiten más luminosidad, frente a la austeridad y el color plateado de los campos de olivares jiennenses. Hago un recorrido histórico-musical desde el siglo VII hasta la Edad Moderna dividido en nueve temas. Se incluyen obras desde el Renacimiento al Barroco, pasando por la cultura árabe y temas impregnados por lo étnico.

P. ¿Una guitarra es suficiente para un reto tan ambicioso?

R. Sí, aunque he contado con los arreglos musicales de Raúl Ruiz. De todas formas, lo importante de la obra son los sentimientos del compositor y el estudio y conocimiento de la música a través de los siglos, desde los fenicios hasta nuestra época. Me he basado en los modos griegos o escala frigia, que es sobre la que se basan los fandangos, las soleas o las seguidillas. A veces pienso que de la escala frigia ha nacido el tronco del flamenco.

P. ¿Siente que casi hace hablar a la guitarra?

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R. En realidad, lo que hago son afinaciones innovadoras, que no son cosas comunes. Cada afinación que se interpreta es un mundo nuevo. Con ellas busco que la guitarra alcance una dimensión de orquesta. Antiguamente, quien mejor interpretó las afinaciones fue el gran músico granadino Luis de Narváez, en el siglo XVI. Para mí la guitarra es como una religión, un éxtasis de creación, una mística. Ahora tengo en proyecto un poema sinfónico al Guadalquivir.

P. ¿Con qué otros autores se ha sentido identificado?

R. Me gusta mucho estudiar la obra del maestro Bach, pero en realidad intento abstraerme de las grandes corrientes y buscar mi propia personalidad. Hay que ser uno mismo. También admiro a los grandes guitarristas andaluces como Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y al desaparecido Antonio Jiménez Manjón, el ciego de Villacarrillo, que fue un revolucionario de la guitarra y maestro de Andrés Segovia.