Reportaje:JUANCHI GONZÁLEZ | EL PERSONAJE | FÚTBOL | La resaca de la jornada

Una tarde cruel

En su primer partido de titular, el oviedista marca y se lesiona para ocho meses

El delantero uruguayo Juan González (Montevideo, 27-5-72) llevaba dos años esperando una tarde como la del pasado domingo. Por fin volvía a ser titular en el Oviedo, el club que le había abierto en 1997 las puertas del fútbol europeo, y además había marcado el primer gol del partido de La Rosaleda, fundamental para un equipo que lleva varios meses en caída libre. Pero en el minuto 63, cuando disputaba un balón con su garra habitual, Juanchi hizo un mal gesto con los tacos de su pierna derecha clavados en el terreno y su rodilla crujió: rotura de ligamentos cruzados y ocho meses de baja.
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El delantero uruguayo Juan González (Montevideo, 27-5-72) llevaba dos años esperando una tarde como la del pasado domingo. Por fin volvía a ser titular en el Oviedo, el club que le había abierto en 1997 las puertas del fútbol europeo, y además había marcado el primer gol del partido de La Rosaleda, fundamental para un equipo que lleva varios meses en caída libre. Pero en el minuto 63, cuando disputaba un balón con su garra habitual, Juanchi hizo un mal gesto con los tacos de su pierna derecha clavados en el terreno y su rodilla crujió: rotura de ligamentos cruzados y ocho meses de baja.

Juanchi González, como a él le gusta que le llamen, llegó a Oviedo en el verano de 1997 procedente del Nacional de Montevideo. No tenía un gran historial porque sólo había sido tres veces internacional, pero le avalaba el entrenador más prestigioso del fútbol uruguayo, Óscar Washington Tabárez, que intentaba relanzar su carrera en Europa tras ser desitituido en el Milan. Delantero pequeño, luchador, ratonero del área y con un buen disparo, compartió con su gran amigo Dely Valdés la condición de máximo goleador del equipo, con nueve tantos, en una temporada que el Oviedo acabó salvando en una promoción frente a Las Palmas.

Pero el cambio de entrenador dejó huérfano a Juanchi. Sus condiciones seguían siendo las mismas, pero en el esquema de Fernando Vázquez no había sitio para más delanteros que Dely. Cuando estaba harto del banquillo y la grada, superado el ecuador de la temporada 1998-99, González recibió la sorprendente llamada de Antic para colaborar en la salvación del Atlético. Juanchi jugó diez partidos y ayudó con dos goles para aplazar durante un año el descenso colchonero.

En 1999 el Oviedo cambió otra vez de entrenador, pero Luis Aragonés tampoco le hizo demasiado caso a Juanchi. Con el cartel de transferible bien visible, González acabó casi como un meritorio, aprovechando algunos minutos en 16 partidos de Liga para marcar otros dos goles. El pasado verano, con la llegada de Antic y la marcha de Dely Valdés, parecía cambiar su destino, pero el serbio tiró de la cantera y rizó el rizo con Collymore, y dejó a Juanchi como el último de la fila. Hasta hace unas semanas, Juan González disfrutaba de la familia durante los fines de semana. El domingo volvía a hacerlo en un campo de fútbol: marcó un buen gol y luego la rodilla le recordó lo retorcido y cruel que puede ser este deporte.

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