Kaspárov y Krámnik creen 'muy improbable'que la mafia rusa financiase su duelo

“Tres millones de libras esterlinas [unos 800 millones de pesetas] es una cantidad pequeña para la mafia rusa”. Gari Kaspárov y Vladímir Krámnik coinciden en ese argumento para estimar “muy improbable” que la mafia rusa financiase su duelo de Londres, en octubre de 2000, como asegura Suzanne Martin, directiva recién despedida de la empresa Brain Games, que organizó el Mundial oficioso. La policía británica investiga esa acusación desde hace una semana.

Los dos jugadores transmitieron su opinión a EL PAÍS a través de sus representantes, el estadounidense Owen Will...

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“Tres millones de libras esterlinas [unos 800 millones de pesetas] es una cantidad pequeña para la mafia rusa”. Gari Kaspárov y Vladímir Krámnik coinciden en ese argumento para estimar “muy improbable” que la mafia rusa financiase su duelo de Londres, en octubre de 2000, como asegura Suzanne Martin, directiva recién despedida de la empresa Brain Games, que organizó el Mundial oficioso. La policía británica investiga esa acusación desde hace una semana.

Los dos jugadores transmitieron su opinión a EL PAÍS a través de sus representantes, el estadounidense Owen Williams y el español Miguel Illescas, respectivamente. Williams añadió: “Conozco a dos de los inversores de Brain Games, y me parece imposible que estén conectados con la mafia rusa”. Y dio más detalles: “Brain Games cumplió en todo momento lo establecido en el contrato. El pago se realizó en tres partes. Primero cobramos los gastos, después los impuestos y finalmente el premio [unos 125 millones de pesetas al cambio de entonces, incluidos los impuestos], con puntualidad, transparencia y legalidad absolutas”. Illescas abundó en la misma idea: “Hasta donde yo sé, se cumplió escrupulosamente lo establecido en el contrato con Krámnik”, cuyo premio fue de unos 250 millones.

El británico Raymond Keene, promotor de Brain Games, propone que ambos jugadores y los periodistas interesados viajen a Londres para ver la contabilidad oficial. Y subraya: “De acuerdo con la ley británica, toda transferencia realizada a través de procuradores debe ser comprobada por estos, precisamente para evitar las operaciones de lavado de dinero”. Por tanto, agrega, “está absolutamente claro que la inversión en Brain Games era de dinero legal, hecha de buena fe y de la manera más transparente posible”. Keene concluye: “Hay métodos mucho más apropiados para lavar dinero que invertirlo en un Campeonato del Mundo de ajedrez con una cobertura de prensa internacional y a través de una empresa sometida a la ley británica”. Brain Games prepara una demanda “por robo, calumnia y libelo” contra Suzanne Martin, quien no ha contestado a una petición de este diario para detallar su versión de los hechos.