La Gran Barcelona de 1933

Una de las conclusiones de aquel Primer Congrés Municialista Català, celebrado en 1933, decía lo siguiente: 'Es necesario organizar el municipio de la ciudad de Barcelona a partir de la formación de un núcleo de acción municipal integrado por los municipios confrontados y que sean susceptibles de agregación por sus condiciones geográficas de mayor o menor lejanía de la ciudad condal'. A continuación, los ponentes -la Asociación de Licenciados en Administración Pública- defendían: 'Integrarán este núcleo principal, que podremos calificar de Gran Barcelona, los siguientes municipios: Barcelona y...

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Una de las conclusiones de aquel Primer Congrés Municialista Català, celebrado en 1933, decía lo siguiente: 'Es necesario organizar el municipio de la ciudad de Barcelona a partir de la formación de un núcleo de acción municipal integrado por los municipios confrontados y que sean susceptibles de agregación por sus condiciones geográficas de mayor o menor lejanía de la ciudad condal'. A continuación, los ponentes -la Asociación de Licenciados en Administración Pública- defendían: 'Integrarán este núcleo principal, que podremos calificar de Gran Barcelona, los siguientes municipios: Barcelona y pueblos agregados, Sant Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet, Badalona, Montgat, Esplugues, Sant Just Desvern, L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà y El Prat'. Con ciertas diferencias, el área que dibujaban como la Gran Barcelona no se aleja demasiado de lo que hoy en día se reivindica como el área metropolitana de Barcelona. formada por los 13 municipios más cercanos.

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Aquella ponencia defendía que los municipios mantuvieran su estructura propia. Es decir, que no desaparecieran para diluirse en la Gran Barcelona, pero que ésta fuera la autoridad en determinadas materias: planes de urbanización, vías de comunicación y jardines y espacios libres, así como la conducción de aguas residuales y cuestiones como los 'problemas de la habitación', que era la denominación de aquella época para referirse a la vivienda. También propusieron una nueva ley municipal que regulaba desde el reparto de regidores en función de la población de cada localidad hasta las atribuciones de los municipios. También establecía las formas de recurrir al crédito para la financiación de las arcas, lo que definía como 'una necesidad imperiosa o, en otros términos, un mal necesario'. Incluso desarrollaba una ponencia que defendía la creación de un instituto de crédito para los municipios a través de la 'Caixa d'Estalvis de la Generalitat de Catalunya'.

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