Crítica:AVIADOR DRO | TECHNO

Un fértil retrofuturismo

Qué asombrosa longevidad. Urge recordar que Aviador Dro lleva con nosotros 22 años. Resulta significativo que la pareja formada por Servando Carballar y Marta Cervera esté reforzada ahora por dos músicos, Ismael Contreras y Jerónimo Ugalde, que seguramente todavía no habían aprendido a andar cuando aquellos agitadores se jugaban su integridad física repartiendo provocadores panfletos (y canciones) con lemas como Nuclear, sí o La televisión es nutritiva.

Puede que sea OBK quien se lleve los premios de la industria discográfica, pero debe quedar constancia de que Aviador Dro...

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Qué asombrosa longevidad. Urge recordar que Aviador Dro lleva con nosotros 22 años. Resulta significativo que la pareja formada por Servando Carballar y Marta Cervera esté reforzada ahora por dos músicos, Ismael Contreras y Jerónimo Ugalde, que seguramente todavía no habían aprendido a andar cuando aquellos agitadores se jugaban su integridad física repartiendo provocadores panfletos (y canciones) con lemas como Nuclear, sí o La televisión es nutritiva.

Puede que sea OBK quien se lleve los premios de la industria discográfica, pero debe quedar constancia de que Aviador Dro representa el punto de partida del techno-pop español, aparte de una referencia fundamental para proyectos de sensibilidad similar en Latinoamérica: su abundante obra y su sólido esqueleto conceptual han servido de inspiración constante, incluso cuando el grupo entraba en hibernación.

Aviador Dro

Biovac N (voz, teclados, bajo); Arcoiris (teclados, coros); Atat (teclados, guitarra); Nexus (batería). Sala Caracol, Madrid. 5 de abril.

El reanimado Aviador está presentando un nuevo trabajo, Mecanisburgo. Lo hace con un sonido contundente y un Servando Carballar de inagotable energía. El cuarteto aparece en el escenario con enormes peceras en la cabeza, perfectamente uniformado de rojo. Los cuatro se despojan del casco, se colocan tras sus instrumentos y se desencadena la fiesta.

Una fiesta, un espectáculo de agitación y baile. Hay proyecciones de estética Metropolis, lanzamiento de discos y panfletos, ondear de banderas, escenificaciones, cambio de disfraces.

Carballar se sitúa en el futuro para retratar un mundo de conflictos y controles sociales que -sorpresa- se parece mucho al que vivimos. Programa en espiral, Nuclear, sí o Selecto de frecuencia encajan perfectamente entre su último repertorio: el Aviador mantiene coherencia sonora e ideológica.

El mensaje conserva su validez y cae en oídos frescos: los veteranos de Rockola son una minoría en un público mayoritariamente juvenil. Eso sí, apenas hay indumentarias futuristas y se consumen tanques de cerveza en vez de bebidas inteligentes.

Tal vez sean tácticas de camuflaje para esa resistencia sin siglas que, según Carballar, se reúne en cybercafés y se comunica mediante Internet.

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