Columna

4. Guerra fría

Bush y Putin han decidido volver a jugar a la guerra fría. Una vez más la historia se repite como comedia. La expulsión de espías de Washington, inmediatamente contestada por Moscú, confirma que el imaginario de ambos dirigentes está todavía en los tiempos felices en que los Estados Unidos tenían enemigo y Rusia podía sentirse potencia. El enemigo servía de coartada y la conciencia de potencia permitía ocultar el desastre interior. Confiemos en que no se lo crean. Porque estas fantasías acostumbran a tener trágicas consecuencias para terceros....

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Bush y Putin han decidido volver a jugar a la guerra fría. Una vez más la historia se repite como comedia. La expulsión de espías de Washington, inmediatamente contestada por Moscú, confirma que el imaginario de ambos dirigentes está todavía en los tiempos felices en que los Estados Unidos tenían enemigo y Rusia podía sentirse potencia. El enemigo servía de coartada y la conciencia de potencia permitía ocultar el desastre interior. Confiemos en que no se lo crean. Porque estas fantasías acostumbran a tener trágicas consecuencias para terceros.

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