NEl apasionado grupo del capitán Brehme

La pequeña ciudad de Kaiserslautern es uno de los corazones del fútbol alemán. De su modesto equipo, que ganó la Bundesliga en 1998, han surgido grandes jugadores. Ballack, el fino mediocapista zurdo del Bayer Leverkusen, es uno de los últimos grandes productos de un club que genera emociones fuertes.

La memoria de la afición registra hitos míticos. El aplastamiento (5-0) que infligió al Real Madrid en los ochenta o el descenso a Segunda, en 1996, son algunos de los hechos que han forjado la identidad del club.

Capitaneado por Andreas Brehme, el equipo que compusieron los ...

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La pequeña ciudad de Kaiserslautern es uno de los corazones del fútbol alemán. De su modesto equipo, que ganó la Bundesliga en 1998, han surgido grandes jugadores. Ballack, el fino mediocapista zurdo del Bayer Leverkusen, es uno de los últimos grandes productos de un club que genera emociones fuertes.

La memoria de la afición registra hitos míticos. El aplastamiento (5-0) que infligió al Real Madrid en los ochenta o el descenso a Segunda, en 1996, son algunos de los hechos que han forjado la identidad del club.

Capitaneado por Andreas Brehme, el equipo que compusieron los novatos Ballack y Ridel no sólo ascendió a Primera al año siguiente de su caída. Una temporada más tarde ganó la Bundesliga. A comienzos de este ejercicio, tras una grave crisis de juego, el banquillo fue ocupado por el propio Brehme. Hoy va a tres puntos del líder, el Bayern Múnich.

El Kaiserslautern no cuenta con grandes nombres pero garantiza las virtudes típicas de todo equipo germano: solidez, perseverancia, y eficacia. El francés Djorkaeff está lesionado y Basler, el excéntrico volante de gran pegada que jugó en el Bayern, comanda como libre. Klose, el joven goleador internacional, es la promesa.

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