El Alavés hunde a Osasuna con un gol de Magno
No hay consuelo para Osasuna: el trabajo no es suficiente. El equipo de Lotina es un compendio de pundonor, coraje y voluntad, pero le falta el punto de calidad suficiente para convertir su esfuerzo en dominio y su dominio en goles. El Alavés, tirando de oficio, suplentes y debutantes, se llevó un partido con el máximo esfuerzo físico y el mínimo trabajo intelectual.
El gol de Magno definió la frontera entre los dos equipos: el italo-argentino se hartó de dar carreritas por el área e incordiar a los centrales, pero, llegado el momento, tiró de calidad individual para convertir en gol un...
No hay consuelo para Osasuna: el trabajo no es suficiente. El equipo de Lotina es un compendio de pundonor, coraje y voluntad, pero le falta el punto de calidad suficiente para convertir su esfuerzo en dominio y su dominio en goles. El Alavés, tirando de oficio, suplentes y debutantes, se llevó un partido con el máximo esfuerzo físico y el mínimo trabajo intelectual.
El gol de Magno definió la frontera entre los dos equipos: el italo-argentino se hartó de dar carreritas por el área e incordiar a los centrales, pero, llegado el momento, tiró de calidad individual para convertir en gol un centro complejo. Con el pecho no sólo controló el balón, sino que se desembarazó de su marcador encarando la portería y encontrando la red de tiro cruzado.
Osasuna sólo intimida en el juego aéreo, pero ayer tropezó con el noruego Eggen, un futbolista que anuló absolutamente el único argumento ofensivo del equipo navarro. Las buenas intenciones de Alfredo y el trabajo incansable de Armentano apenas produjeron una jugada dudosa en el área alavesista, aunque pareció que el argentino Gancedo se tiró entre las piernas de los centrales.
El partido se jugó sin aliento, sin más descanso que el reglamentario. Un asunto que al Alavés, acostumbrado al trabajo, no le intimidó. A Osasuna le asustan por igual su complicada situación y su bajo nivel de juego.