Crítica:22ª jornada de Liga | FÚTBOL

El Rayo respira al fin en Vallecas

Un gol de Luis Cembranos en el descuento da la victoria a los franjirrojos ante Osasuna

Tierra, aire y fuego. Sólo faltó el agua ayer en Vallecas para completar los cuatro supuestos elementos del Universo. Mucha tierra, más que césped, en el rectángulo del estadio Teresa Rivero. Tanta que, a causa de un bote extraño del balón, el osasunista Lekumberri se tragó un inocente servicio de Michel a la frontal del área y Quevedo lo convirtió en gol cruzando el balón a la derecha de Nuno en el minuto 23 del primer periodo.

Aire. Mucho aire. Todo el que dos equipos que consideran, desde su concepción esforzada del fútbol, que debe oxigenar al balón. Pelotazo va, pelotazo viene, sie...

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Tierra, aire y fuego. Sólo faltó el agua ayer en Vallecas para completar los cuatro supuestos elementos del Universo. Mucha tierra, más que césped, en el rectángulo del estadio Teresa Rivero. Tanta que, a causa de un bote extraño del balón, el osasunista Lekumberri se tragó un inocente servicio de Michel a la frontal del área y Quevedo lo convirtió en gol cruzando el balón a la derecha de Nuno en el minuto 23 del primer periodo.

Aire. Mucho aire. Todo el que dos equipos que consideran, desde su concepción esforzada del fútbol, que debe oxigenar al balón. Pelotazo va, pelotazo viene, siempre cruzando el cielo de Vallecas, los dos conjuntos tuvieron sus mejores oportunidades. Así llegó una ocasión de Bolic, antes del primer cuarto de hora, desbaratada por la precipitación del delantero rayista, y así llegaron las de Osasuna. Dos de Iván Rosado y una, la mejor del cuadro navarro, durante el tiempo de descuento, en un lanzamiento al palo de Alfonso desde fuera del área.

El fuego llegaría con la reacción de Osasuna en los primeros minutos del segundo tiempo. A igualdad de juego aéreo, siempre se imponen las ganas. Y Osasuna salió con ganas; con un Alfredo con criterio, entonado, y los laterales mucho más adelantados. El premio fue el gol del empate. El octavo tanto desde la esquina de los navarros. Un cabezazo de Alfonso, uno de sus carrileros, tras una salida desafortunada de Keller -otra más- puso el 1-1 en el marcador. Y a punto estuvo de invertir el marcador. Iván Rosado falló un justo penalti cometido sobre él mismo a 14 minutos del final.

El fuego lo puso Osasuna hasta que De Quintana vio su segunda tarjeta amarilla y, por consiguiente, la roja. Fue entonces cuando al Rayo se acordó de que Michel o Luis Cembranos respiran mejor con la pelota en el suelo. Luis ponía la puntilla al colocar una falta sobre Bolo cerca de la escuadra derecha de Nuno. El Rayo acababa con una racha de dos meses sin victorias en Vallecas, pero sin poder elevarse poco más de un palmo sobre Osasuna.

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