Entrevista:MÓNICA RUNDE | BAILARINA Y COREÓGRAFA

'El movimiento corporal te permite contar cuanto quieras'

La bailarina y coreógrafa Mónica Runde (Madrid, 1961) lleva danzando desde los cuatro años. A su madre, alemana, le parecía insuficiente la gimnasia que los niños hacían en el colegio en aquella época y decidió apuntar a la hija mayor a ballet. Mónica, más pequeña, asistía a las clases de oyente y siempre que podía pasaba a la acción. 'Me agarraba al piano y copiaba lo que hacía mi hermana'.

Entonces, el baile significaba agitación, revoloteo. Ahora, en los estertores últimos de la treintena y con un Premio Nacional recién ganado, Mónica provoca escalofríos, hace que la audiencia se est...

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La bailarina y coreógrafa Mónica Runde (Madrid, 1961) lleva danzando desde los cuatro años. A su madre, alemana, le parecía insuficiente la gimnasia que los niños hacían en el colegio en aquella época y decidió apuntar a la hija mayor a ballet. Mónica, más pequeña, asistía a las clases de oyente y siempre que podía pasaba a la acción. 'Me agarraba al piano y copiaba lo que hacía mi hermana'.

Entonces, el baile significaba agitación, revoloteo. Ahora, en los estertores últimos de la treintena y con un Premio Nacional recién ganado, Mónica provoca escalofríos, hace que la audiencia se estremezca llevando a la danza los problemas sociales, las tragedias cercanas, como el 'lado oscuro de la droga' que muestra en su última propuesta, a medias con su socio Pedro Berdayes.

Pregunta. ¿Un premio Nacional es el final o el principio de algo?

Respuesta. Las dos cosas. Es el final de una etapa y el inicio de una nueva. El Premio Nacional no es sólo de la compañía 10 & 10, sino que demuestra que, por fin, las administraciones se están dando cuenta de que la danza contemporánea existe y, sobre todo, existe en Madrid. Prácticamente, no se han dado premios nacionales a la danza contemporánea y creo que es importante para toda la profesión.

P. ¿Qué sintió al saber que había sido galardonada?

R. Fue uno de los días más felices de mi vida; al día siguiente, compré todos los periódicos para ver qué ponían y vi que ETA lo había fastidiado todo, había vuelto a matar.

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P. ¿Van a aprovechar el premio para subir sus honorarios?

R. No, para lo único que nos puede servir es para que los programadores se den cuenta de que existimos, pero es difícil en España porque, para nuestra desgracia, las compañías de danza contemporánea actuamos allende los Pirineos más veces que en nuestro propio país.

P. Por lo visto, en su último montaje, le gustan los asuntos comprometidos.

R. Sí. Siempre he sido una persona comprometida y he tratado temas como la homosexualidad, el maltrato a la mujer, las drogas. No pretendo hacer algo comprometido para llegar al público, lo que pasa es que es lo que me sale, quizá porque lo leo en la prensa todos los días y es lo que me entra por los ojos cuando enciendo la televisión. Entonces es de lo que necesito hablar.

P. Y contarlo a través de la danza, ¿exige un esfuerzo extra?

R. No. El público en general suele estar confundido con la danza contemporánea. No es mucho más difícil contar las cosas a través de la danza que a través del teatro, porque el gesto, el movimiento corporal, las luces, la música te permiten contar lo que tú quieras.

10 & 10 Danza. De enero a marzo, en la sala Mirador (Doctor Cortezo, 35; metro Lavapiés).

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