Oficialistas y críticos de IU acuerdan una nueva dirección en la que Valderas amplía su mayoría

Oficialistas y críticos de IU pusieron ayer fin a la tensiones que los han separado hasta ahora y sellaron un acuerdo para una nueva dirección en la que están integrados ambos sectores. El coordinador, Diego Valderas, y la representante de los críticos, Concha Caballero, proclamaron formalmente que el proceso congresual de IU, que se ha prolongado dos meses más allá de la 13ª asamblea, está definitivamente cerrado y empieza la etapa de acción social y política. En el reparto de funciones, Valderas amplía su mayoría, en consonancia con lo que se hizo en la ejecutiva federal con Gaspar Llamazare...

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Oficialistas y críticos de IU pusieron ayer fin a la tensiones que los han separado hasta ahora y sellaron un acuerdo para una nueva dirección en la que están integrados ambos sectores. El coordinador, Diego Valderas, y la representante de los críticos, Concha Caballero, proclamaron formalmente que el proceso congresual de IU, que se ha prolongado dos meses más allá de la 13ª asamblea, está definitivamente cerrado y empieza la etapa de acción social y política. En el reparto de funciones, Valderas amplía su mayoría, en consonancia con lo que se hizo en la ejecutiva federal con Gaspar Llamazares.

Han hecho falta exactamente dos meses para ponerse de acuerdo: la 13º asamblea se clausuró el 15 de octubre y ayer, 15 de diciembre, el periodo congresual recibió por fin carpetazo. El ajustado triunfo de Diego Valderas sobre Concha Caballero (un 54% frente a un 46%) dejó abierta la herida que dividió a ambas candidaturas en el congreso, al no haber una distancia considerable entre vencedores y vencidos.Valderas se ha esforzado desde un primer momento por pactar con los críticos para no acudir con listas alternativas al Consejo Andaluz del domingo, que nombrará a la dirección, y perpetuar la fractura con una ejecutiva elegida simplemente según los votos de la asamblea. Aunque se respetará la distribución en razón de los porcentajes obtenidos por cada sector, el trato para la nueva dirección quiere buscar un punto de encuentro, mezclando al máximo las responsabilidades y lograr una fusión a medio plazo.

La ejecutiva, de 46 miembros, tendrá cinco áreas de dirección: tres de ellas coordinadas por los oficialistas y dos por los críticos. No obstante, en cada una de las áreas hay varias secretarías, que controlan, en línea generales, en una proporción de un 60% y un 40% . Los oficialistas, por ejemplo, coordinan el área de Organización, pero una de las tres secretarías en la que se divide (Desarrollo Comarcal) estará en manos de los críticos. Las otras áreas del sector mayoritario son Política Institucional y Economía y Empleo, mientras que la minoría se hará cargo de Intervención Social y Formación y Debate. Los puestos aún no están asignados, aunque ya se sabe que Willy Meyer, que en la antigua dirección llevaba Organización, estará al frente de Política Institucional, o que José Barragán seguirá ocupándose de las finanzas. Tanto Diego Valderas como Concha Caballeros aseguraron ayer que habrá muchas caras nuevas para dar respuesta al mandato de la asamblea de renovación y cambio de talante.

El coordinador regional subrayó que el acuerdo supone un primer paso para recuperar el proyecto de IU desde la unidad, con propuestas que interesen a los ciudadanos y resuelvan sus problemas. Concha Caballero, por su parte, destacó que en el pacto ha primado la política sobre las personas, de las que ni siquiera se ha hablado, así como que consagra la soberanía de Izquierda Unida respecto a la tutela de los partidos que la componen, en referencia al Partido Comunista de Andalucía (PCA).

El reparto de responsabilidades en el grupo parlamentario, sin embargo, sigue en el aire. Diego Valderas hizo una propuesta para que el actual portavoz, Antonio Romero, pase a ser el presidente-portavoz y Concha Caballero, figure como portavoz adjunta. Los críticos asumen este organigrama, aunque discrepan respecto a las funciones asignadas a cada uno de ellos. Fuentes de ambos sectores aseguraron que las diferencias no son fundamentales y que será fácil alcanzar el consenso antes de llegar a la reunión del Consejo Andaluz.

Una vez finalizado el actual periodo de sesiones, el próximo mes de junio, la ejecutiva y el grupo parlamentario revisarán su estructura y podrían registrarse nuevos cambios.

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