Cómo filmar el dolor

Debe ser espantoso para unos padres enterarse de la muerte de su hijo al reconocer en la televisión sus calcetines enfundados en unos pies que asoman por debajo de una manta sobre un cuerpo sin vida. Y no se trata de una conjetura. Eso le sucedió a la familia de una de las víctimas del terrible accidente de autocar que se produjo el pasado julio en la provincia de Soria y que se saldó con 28 muertos, mayoritariamente niños y adolescentes. Es un caso paradigmático, pero no aislado. Cada vez que hay una tragedia, su cobertura televisiva suscita el debate sobre la frontera entre el derecho a info...

Debe ser espantoso para unos padres enterarse de la muerte de su hijo al reconocer en la televisión sus calcetines enfundados en unos pies que asoman por debajo de una manta sobre un cuerpo sin vida. Y no se trata de una conjetura. Eso le sucedió a la familia de una de las víctimas del terrible accidente de autocar que se produjo el pasado julio en la provincia de Soria y que se saldó con 28 muertos, mayoritariamente niños y adolescentes. Es un caso paradigmático, pero no aislado. Cada vez que hay una tragedia, su cobertura televisiva suscita el debate sobre la frontera entre el derecho a informar y a recibir información y el derecho a la intimidad de las víctimas y de sus allegados. Con el fin de arrojar luz a esta espinosa cuestión, el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) organiza hoy y mañana en Barcelona las jornadas Tratamiento informativo de las tragedias personales, donde periodistas y expertos expondrán su parecer en torno al asunto.Entre las competencias del CAC -organismo creado por el Parlamento autónomo- está la de velar por la ética periodística en los medios audiovisuales que emiten en Cataluña. Y contribuir al análisis acerca del tratamiento televisivo de los accidentes se sitúa en sus atribuciones.

Joan Manuel Tresserras, profesor de Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona y consejero del CAC, justifica la convocatoria de las jornadas: "Tras el accidente de Soria vimos que la poca reflexión existente sobre la cobertura de sucesos de este tipo carecía de la densidad que permitiera orientar la conducta de los profesionales. Se considera que la información televisiva en estas situaciones cuanto más instántanea, simultánea y espectacular, mejor, de modo que los periodistas se ven abocados a una acción casi automática, en la que prevalece el derecho a informar por encima del derecho a la intimidad, y si no hay pautas de comportamiento acaba siendo inevitable que la cámara sea indiscreta e invada el ámbito personal de los afectados".

El CAC quiere que la reflexión trascienda del marco de las jornadas, en las que ayudará al debate la exposición de una cuarentena de documentos, entre ellos la guía ética de la BBC, una de las pocas cadenas que se han autorregulado en este aspecto, por ejemplo obviando los primeros planos de familiares de las víctimas. Para ampliar la discusión a la sociedad, el CAC ha abierto un foro en Internet (www.gencat.es/cac). Las conclusiones del encuentro y las opiniones de los ciudadanos darán pie a la publicación de un pliego de sugerencias.

Tres ponencias, de los catedráticos Victòria Camps y Josep Maria Terricabras, y del decano de los periodistas catalanes, Salvador Alsius, abrirán las jornadas. Mañana será el turno de las mesas redondas. Centrarán el coloquio dos reportajes: La ciudad golpeada, sobre el mazazo que supuso para Viladecans el accidente de Soria, donde murieron algunos de sus vecinos, e Imágenes del dolor, un creativo montaje de tragedias sucedidas en España firmado por Lala Gomà.

"No pretendemos entrometernos de manera moralista o puritana en la libertad de los medios", puntualiza Tresserras, "lo que queremos es contribuir a que los periodistas narren lo que pasa promoviendo la reflexión y no explotando la morbosidad".