Simancas cambiará a los responsables de la "mala" oposición socialista si es elegido líder de la FSM

Rafael Simancas, el candidato a secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), pactado entre el sector liderado por el guerrista José Acosta y buena parte de los renovadores, anunció ayer su voluntad de realizar un cambio profundo en la organización si sale elegido en el congreso a celebrar el próximo fin de semana. El cambio afectará a la política de oposición y a las personas que la desarrollen. Para hoy está prevista una comparecencia de Pedro Sabando, portavoz en la Asamblea, que presumiblemente renunciará a su candidatura en favor de Simancas, a cambio de presidir la FSM....

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Rafael Simancas, el candidato a secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), pactado entre el sector liderado por el guerrista José Acosta y buena parte de los renovadores, anunció ayer su voluntad de realizar un cambio profundo en la organización si sale elegido en el congreso a celebrar el próximo fin de semana. El cambio afectará a la política de oposición y a las personas que la desarrollen. Para hoy está prevista una comparecencia de Pedro Sabando, portavoz en la Asamblea, que presumiblemente renunciará a su candidatura en favor de Simancas, a cambio de presidir la FSM.

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El concejal madrileño Rafael Simancas, el hombre a favor del que José Acosta -líder de los guerristas en Madrid- renunció a su candidatura para dirigir la FSM, soltó ayer amarras con un pasado al que dice no sentirse atado y lanzó una advertencia a amigos y enemigos: los cambios que realizará en la dirección afectarán no sólo a la política de oposición -"mala"- que ha impulsado la actual ejecutiva socialista, sino también a las personas y los equipos que la han desarrollado.A tenor de lo manifestado por el candidato, no parece que vaya a seguir las enseñanzas de El Príncipe, de Maquiavelo, aunque lo haya leído. Al menos, no hará caso de aquello de: "Vence, pero no arrases". Simancas está dispuesto a hacer tabla rasa del pasado, en la mejor línea de las enseñanzas impartidas por la ejecutiva federal.

No le gusta la ejecutiva saliente, no le gusta lo que ha hecho y no le gusta la forma en que se ha llevado la oposición. Por no gustarle, no le gusta ni el edificio de la FSM. En la puerta, tras el minuto de silencio que se guardó por el agente del Cuerpo Nacional de Policía asesinado por los GRAPO, Simancas dejó claro lo que piensa del pasado y del futuro de la federación socialista.

El futuro que quiere este candidato es el mismo que el del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que dijo sentirse "absolutamente identificado". Y es un futuro en el que habrá cambios -bien es verdad que "graduales y tranquilos", matizó- que afectarán a la política, al tipo de oposición y a los equipos. "A mí no me gusta esta ejecutiva", dijo.

No al socialismo del XIX

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Su desagrado lo expresó gráficamente señalando la sede de la FSM -necesitada, ciertamente, de una mano de pintura-: "Esto parece del siglo XIX. Hay que ir a un socialismo que tenga en cuenta que la sociedad ha cambiado. Hacer una nueva organización, más participativa. Una organización que no tenga que estar pendiente de la agenda del presidente del Gobierno regional, que tenga su propia estrategia".Simancas aseguró buscar un futuro distinto. Y del pasado no se siente deudor. Ni siquiera de Acosta, que ha abandonado su candidatura para favorecer la escalada de Simancas a la dirección de la FSM. "Sé que tengo apoyos de su sector. Cierto. Y estoy orgulloso de que en mi candidatura haya gente que ha tenido protagonismo en el pasado, como el mismo Acosta. Porque, además, es gente que está convencida de que hay que abrir una nueva etapa".

Pero salvado esto, del pasado sólo habló de los errores. Criticó hasta las labores de oposición. Él no se siente responsable de la que se hace en el Ayuntamiento de Madrid. Aunque nadie niegue la eficacia de su trabajo como concejal. Asegura que ha actuado "bajo una dirección" que no ha compartido. Lo que también es verdad. Simancas iba en la candidatura de Acosta, derrotada hace tres años. "No me siento, por tanto, responsable de la política que haya desarrollado la actual dirección".

La sala donde Simancas compareció ayer -luz mortecina y deslucidas paredes- estaba a rebosar hasta el agobio de representantes de las distintas familias que acudieron, como es habitual en la FSM, a dejarse ver en sus apoyos por los medios de comunicación. Allí estaban, junto a guerristas de siempre, renovadores como Ruth Porta, Enrique Echegoyen, Ramón Espinar, Elena Almazán, Óscar Monterrubio o José Luis Pérez Ráez.

Para hoy está prevista otra comparecencia de Simancas, acompañado por Pedro Sabando. Éste presentará presumiblemente su renuncia a ser candidato a secretario general. Se da por seguro en la FSM que se integrará en la candidatura de Simancas a cambio de obtener la presidencia de la organización.

Mientras tanto, seguían ayer los contactos. El secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero, negaba cualquier intervención federal. Pero sus palabras eran desmentidas en medios guerristas de la federación madrileña, que reconocían promesas de última hora y ofertas de cargos en la nueva ejecutiva a cambio de apoyar al candidato José Antonio Díaz. Un dirigente de la FSM que pedía el anonimato se preguntaba qué haría la ejecutiva federal. "¿Retirará su candidato? Porque Simancas tiene todas las de ganar y sería triste que en Madrid le ocurriera lo que en Valencia y Asturias: que su apuesta sea derrotada".

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